Después de CLAUDIO DE LORENA (Lorena, Francia, 1600- Roma, Estados Pontificios, 1686), finales del siglo XIX-principios del siglo XX.
“Paisaje con el entierro de Santa Serapia”.
Óleo sobre lienzo.
Bastidor y marco con xilófagos.
Medidas: 210 x 141 cm; 223 x 153 cm (marco).
El estilo de Claude Lorrain tuvo muchos seguidores a lo largo de los siglos. La pintura en licitación es una copia de una de sus grandes obras, conservada en el Museo del Prado, “Paisaje con el entierro de Santa Serapia”. En ella el artista escoge una vista arqueológica del monte Aventino, con el río Tíber y el Coliseo a sus espaldas, y representa el entierro de santa Serapia, cuyo cuerpo es portado por un grupo de matronas que lo depositan en el sepulcro. Entre todas ellas destaca Sabina, vestida de rojo y naranja, que contempla doliente la escena desde un plano superior. Santa Sabina, noble viuda romana, se convirtió al cristianismo por influencia de su doncella, santa Serapia, natural de Antioquía, de donde huyó víctima de la persecución religiosa contra los cristianos.
La pinacoteca española afirma acerca de esta obra “Lorena acentuó la rotunda verticalidad del formato, probablemente por exigencia de sus clientes españoles, con la colocación de cuatro columnas situadas en la mitad derecha de la composición, supuestos vestigios del templo de Juno Regina que efectivamente existió en el Aventino, donde la tradición situaba el martirio de Santa Sabina y sobre el que se levantó en el siglo V la basílica dedicada a la santa”.
La obra formó parte de la formidable campaña de adquisiciones de obras de arte organizada por el conde-duque de Olivares en los años cuarenta del siglo XVII para decorar los amplios espacios del palacio del Buen Retiro de Madrid, que incluía un número muy notable de paisajes. Se encargó como mínimo, una serie de 24 “paisajes con anacoretas” y 10 “paisajes italianizantes”, obras de gran formato realizadas por diferentes artistas. “Sólo una parte de estas pinturas han llegado hasta nosotros y en la actualidad se conservan principalmente en el Museo del Prado”, afirma la pinacoteca.
Lorrain fue un importante paisajista francés, que trabajó en Italia. Nacido Claude Gellée, tomó el apellido de arte de su ciudad natal Lorraine, en el noreste de Francia. Su primer aprendizaje en pintura probablemente tuvo lugar en Nápoles, en el paisajista alemán Godfrey Waals. En 1625, mientras se encontraba en Roma, se puso bajo la protección de Agostino Tassi (1578-1644), paisajista. Después de este período viajó mucho por Italia, Francia y Alemania, y volvió a trabajar en Lorraine. En 1627, recibió el mecenazgo del cardenal Bentivoglio (1579-1644) y del papa Urbano VIII (1568-1644). Con estos primeros trabajos, Lorrain se hizo una reputación como paisajista de talento, que entendía plenamente todos los efectos de la luz y las leyes de la naturaleza.