Según modelos de Anton Van Dyck, s. XVII

Escuela flamenca o italiana del siglo XVII.
Siguiendo modelos de ANTON VAN DYCK (Amberes, 1599 – Londres, 1641).
“Sileno ebrio”.
Óleo sobre tela.
Presenta restauraciones.
Medidas: 72 x 52 cm.; 88 x 69 cm.(marco).

El más fiel seguidor de Dionisos, Sileno, ha sido caracterizado como un sátiro decadente, anciano y borracho, con el rostro enrojecido y una barriga prominente. Una rama de pámpanos cae sobre su coronilla. Se acompaña de cuatro personajes que lo ayudan a mantenerse en pie. Las carnaciones flácidas del Sileno contrastan con la tersa piel de la hermosa ménade que lo sujeta con uno de sus brazos. A su costado derecho, un joven envuelto en una túnica roja lo observa con semblante severo, como reprendiéndolo. Detrás, un personaje animalizado con la piel muy oscura saca la lengua, embriagado también por los excesos del ritual dionisíaco. Su piel tostada añade otra nota de color en un cuadro en el que la paleta contrastada contribuye a dotar de dramatismo a la escena. Un tercer sátiro bebe vino de una jarra de cerámica con suma avidez. Sobre un fondo terroso, predominan los tonos cálidos de las túnicas, en diálogo con las luces frías de la atmósfera tormentosa.

Respecto a la obra original de Anton Van Dyck (actualmente conservada en el Gemäldegalerie Kunstsammlungen de Dresde), la versión que nos ocupa conserva el tratamiento brioso del trazo, la pincelada amplia y envolvente, el naturalismo impreso en las expresiones y la honda carnalidad de los cuerpos, heredero esto último de la enseñanza de Rubens. En el cuadro que nos ocupa, el autor se permite ciertas licencias en cuanto a la sustitución de los azules del manto femenino por sienas y ambarinos.

Cuadro brioso, realizado con extraordinaria fuga, de luz plena y pincelada grande. Las figuras se aprietan llenando por completo la superficie del lienzo y la borrachera del obeso anciano se expresa en una orgía de color, en las cálidas carnaciones realzadas por ese manto rojo y ese manto azul, cuyas tonalidades son tan peculiares de Van Dyck.

Ésta fue una obra de juventud de Van Dyck. Había empezado a colaborar en el taller de Rubens ( antes de su viaje a Italia en 1621). En los cuadros de esta época se aprecia su gusto por los tipos humanos rústicos y por resaltar las texturas.

Esta obra de juventud está fechada en le época en la que se establece como maestro en el gremio de pintores y empieza a colaborar profesionalmente en el taller De Rubens. En él, sin embargo, ya late plenamente el espíritu del maestro. La mitología es pretexto de la orgía de color y sensualismo.

Anton Van Dyck inicia su formación con Van Balen, pintor romanista, en 1609. En 1615-16 trabaja junto con Jordaens, y entre 1617 y 1620 con Rubens, quien dijo de él que fue su mejor alumno. En 1620 visita Inglaterra por primera vez, al servicio de Jacobo I. En Londres goza de una mayor libertad y deja a un lado la pintura religiosa para dedicarse de pleno al retrato. Entre 1621 y 1627 completa su formación mediante un viaje por Italia, quedando impresionado por la pintura boloñesa y las obras de Tiziano y alcanzando aquí su estilo maduro, refinado y elegante, además de configurar su tipo de retrato, que se convirtió en modelo para la pintura occidental. En 1629 se encuentra de nuevo en Londres, esta vez trabajando para el rey Carlos I, quien admiraba la obra de Tiziano y veía en Van Dyck a su heredero. Así, despidió a todos sus pintores, habiendo encontrado en Van Dyck al pintor de corte que deseaba desde hacía años. En 1640, a la muerte de Rubens, el pintor retorna a Amberes para concluir las obras que éste había dejado inacabadas. Al año siguiente se traslada a París, y regresa a Londres por motivos de salud, muriendo poco después en su casa de la capital inglesa. Anton Van Dyck está representado en los principales museos de todo el mundo: el del Louvre, el Prado, el Kunsthistorisches de Viena, la National Gallery y el Museo Británico de Londres, el Hermitage de San Petersburgo o el Metropolitan de Nueva York.