Pedro Nuñez del Valle

PEDRO NUÑEZ DEL VALLE (hacia 1590-1649).
“El buen pastor”.
Óleo sobre lienzo. Reentelado.
Obra reproducida en: Quesada Valera, J. Mª. Pedro Núñez del Valle, académico romano. Ars Magazine nº 19 Madrid 2013 pp. 99 y 100.
Presenta leves restauraciones y parches.
Medidas: 115 x 151 cm; 130 x 165 cm (marco).
En un paisaje de inspiración flamenca se muestra la figura de Cristo vestido con túnica rosada y con un cordero portado a sus hombros. Una representación que parte de la antigüedad clásica teniendo como referencia al Hermes Crióforo. Estéticamente la obra presenta similitudes con la pintura de Pedro Nuñez del Valle, en concreto con la obra “Noli me tangere”, perteneciente a la colección del Museo del Prado de Madrid. Respecto al tema, la escena presenta la idea del buen pastor, muy repetida dentro del arte cristiano, y hunde sus raíces en el arte antiguo occidental. En cuanto a su significado, el buen pastor es una alegoría bíblica, referida originalmente a Yahveh y más tarde a Jesucristo. Se interpreta que el buen pastor es Dios, que salva a la oveja descarriada (el pecador).
Pedro Núñez fue un pintor de la escuela madrileña y con formación en Roma. Considerado por Lázaro Díaz del Valle como discípulo de Vicente Carducho, y Pérez Sánchez lo engloba entre los caravaggistas españoles. Se conoce que el pintor viajó a Italia, ya que existe documentación de su estancia en Roma entre 1613 y 1614, donde comenzó a formarse en la Academia de San Lucas. En Italia entró en contacto con el estilo de Guido Reni mostrando especial interés por sus composiciones, y la iluminación tenebrista. En Madrid trabajó para los ámbitos conventuales, como en la serie para la Merced, realizada junto con Eugenio Cajés, Antonio de Lanchares y Juan van der Hamen. En 1627 cursó solicitud para cubrir una plaza de pintor del rey, aunque no tuvo éxito. Después de trabajar en la decoración de la ermita de San Juan del Buen Retiro, en 1639 participó en la decoración del salón de comedias del ¬Alcázar de Madrid, realizando para esta ocasión el retrato doble de Felipe III y Felipe IV. El año de su fallecimiento se contaba entre los co-laboradores de Francisco Rizi en las obras del coliseo del Buen Retiro. De su mano conocemos obras como Jael y Sísara (National Gallery of Ireland, Dublín), que demuestran cierta torpeza arcaizante, pero a la vez incorporan novedosas referencias italianizantes, que recuerdan a artistas como Cecco da Caravaggio. Lo mismo sucede con Camino del Calvario, conservado en la colegiata de Talavera de la Reina (Toledo), que combina elementos clasicistas con figuras de clara referencia caravaggiesca. En sus composiciones juega un papel importante el desarrollo paisajístico, que le acerca a maestros de este género como Francisco Collantes, aunando elementos italianos y flamencos.