Escuela granadina, siguiendo modelos de ALONSO CANO (Granada, 1601 – 1667); c, 1700.
“Capilla sagrario”.
Madera tallada, dorada y policromada.
Presenta policromía de época posterior y posee faltas en la talla.
Medidas: 50 x 22 x 17 cm; 25 x 28 cm (peana).
Imagen devocional de María como Inmaculada, con una estructura cerrada y ascensional, en forma de huso, que sigue los modelos establecidos por Alonso Cano. La imagen representa a María en posición orante, vestida de azul y blanco (colores alusivos a los conceptos de verdad y eternidad, el azul, y de pureza, el blanco), sobre un pedestal de nubes adornados con rostros de querubines y con el cuarto lunar creciente, alusivo a la iconografía de la Purísima, que excede por los laterales. La pieza sigue la tradicional iconografía, de tal modo que el espectador puede recrearse con la delicadeza de la talla, que se despliega en la concepción del manto, que parece ser ondeado por el viento, y en la finura de los rasgos faciales de la Virgen, completamente idealizados.
Por sus características formales e iconográficas podemos enmarcar esta Inmaculada dentro del círculo de seguidores de Alonso Cano, pintor, escultor y arquitecto que es considerado a día de hoy como uno de los artistas más influyentes del barroco español. Fue además el iniciador de la escuela granadina de pintura y escultura, y contó entre sus discípulos a Juan de Sevilla, Pedro Atanasio Bocanegra, José Risueño, Pedro de Mena y José de Mora. Hijo de un importante ensamblador de retablos y posiblemente también dibujante, Alonso Cano se inició en dibujo arquitectónico e imaginería de mano de su padre, con quien colaboró desde muy joven. En 1614 ó 1615 se traslada con su familia a Sevilla, donde al poco tiempo ingresará en el taller de pintura de Francisco Pacheco, por entonces el maestro más prestigioso de la ciudad, maestro de hecho de Velázquez, con quien Cano trabó una profunda amistad. Como escultor, tradicionalmente se considera que debió formarse con Juan Martínez Montañés, aunque no hay constancia documental de ello. Ya en 1624 firma su primer cuadro conocido, y dos años más tarde obtiene el título de maestro pintor. En 1638 se trasladó a Madrid, y pronto fue nombrado pintor de cámara y profesor de dibujo del príncipe Baltasar Carlos. Allí conoció las colecciones reales, lo que llevará a su lenguaje a evolucionar desde su temprano caravaggismo hacia un lenguaje más colorista y elegante, en ocasiones relacionado con Van Dyck. No obstante, en 1644 es acusado del asesinato de su esposa, lo que le lleva a refugiarse en Valencia. Un año más tarde regresa a Madrid, y en 1652 vuelve definitivamente a Granada, donde obtuvo un cargo en la catedral gracias a la influencia de Felipe IV. Allí completó la decoración de la capilla mayor y llegó a ser maestro mayor de la catedral. Actualmente se conservan obras de Alonso Cano en el Museo del Prado, el de Bellas Artes de Sevilla, el Hermitage de San Petersburgo, el Louvre en París, el Metropolitan de Nueva York, el J. Paul Getty de Los Ángeles y el Art Institute de Chicago, entre otras destacadas colecciones de España y el extranjero.