Seguidor de LUCAS VAN LEYDEN ; Escuela holandesa, finales del siglo XVII- principios del siglo XVIII.
“David venciendo a Goliat”.
Óleo sobre cobre.
Presenta ligeros desperfectos en el marco.
Medidas: 27 x 18 cm; 48 x 40 cm (marco).
La composición y tema de este óleo sobre cobre nos traslada a la pintura titulada “David vencedor de Goliat”, que pertenece a la colección del Museo del Prado de Madrid (nº Inv. P002098), atribuida de Lucas Van Leyden y fechada en 1632. En ambas pinturas se puede apreciar como David llega hacia un grupo de personas sosteniendo una espada que se encuentra coronada con la cabeza de Goliat. En este caso concreto nuestro cobre posee unas dimensiones más reducidas presentando a los personajes más unidos. Además, las tonalidades, potenciadas por la superficie del cobre, se fundamentan en una gama cromática tornasolada y brillante similar a la obra “David con la cabeza de Goliat” de la colección del príncipe de Liechtenstein. Lo habitual en la representación de este pasaje bíblico, es la captación de David solitario portando la cabeza de Goliat. Sin embargo, en esta obra el artista nos presenta un momento posterior al de la soledad de la batalla. La obra se inspira en la narración bíblica que cuenta como Goliat salió del campamento filisteo y en voz alta desafió a Israel para que presentara a un hombre que luchase con él en un combate cuerpo a cuerpo, cuyo resultado determinaría qué ejército llegaría a ser siervo del otro. Ningún soldado israelita tuvo suficiente valor como para aceptar semejante reto (Samuel 17:1-11, 16). Sin embargo, un pequeño pastor llamado David, de la tribu de Judá, hizo frente a su reto. Goliat, precedido por su escudero, avanzó, invocando por sus dioses el mal contra David. A esto, David respondió: «Tú vienes a mí con una espada y con una lanza y con una jabalina, pero yo voy a ti con el nombre de Yahveh de los ejércitos» (Sam.17:45). Cuando David le lanzó una piedra con su honda, esta se le hundió en la frente y Goliat cayó a tierra. Acto seguido, David se plantó sobre Goliat y con la espada del gigante le cortó la cabeza. (Sam.l 17:26, 41-53). Entonces, David tomó la cabeza del filisteo y la trato a Jerusalén, y puso las armas de él en su tienda (Sam. 17:54).
Lucas van Leyden está considerado uno de los primeros representantes de la pintura de género holandesa, y uno de los más brillantes grabadores de la historia del arte. Según Van Mander, recibió sus primeras lecciones de su padre, el pintor Hugo Jacobsz., continuando su formación con Cornelis Engebrechtzs. De Lucas van Leyden se conocen bastantes datos, y aparece mencionado a menudo en documentos de su ciudad natal a partir de 1500. Se casó con la hija de un magistrado, fue miembro de dos milicias y gozó de una buena posición social, situándose entre los ciudadanos más prósperos de Leiden. Conoció a Durero durante su viaje a Amberes en 1521; en el encuentro ambos intercambiaron grabados, y el maestro alemán además pintó su retrato. Según Van Mander, a la edad de treinta y tres años emprendió un viaje por las provincias de Zelanda, Flandes y Brabante, en compañía de Jan Gossaert. Fue un prolífico artista, estando la mayor parte de su producción formada por estampas de las que se conservan unas doscientas, la mayoría de ellas firmadas y fechadas. Sus primeros grabados muestran la huella de la obra gráfica de Durero, mientras que a partir de 1525 se dejó influir por las corrientes italianas que llegaron a él gracias a Gossaert y a las estampas de Marcantonio Raimondi. Su corpus pictórico no es tan amplio; en la actualidad se le atribuyen unas quince obras, cuatro de las cuales fueron descritas por Van Mander: La Virgen y el Niño con santa María Magdalena y donante, hoy en la Alte Pinakothek de Múnich; El Juicio Final, conservado en Leiden, en el Stedelijk Museum De Lakenhal; La adoración del becerro de oro, del Rijksmuseum de Amsterdam, y El milagro del ciego de Jericó, en el Ermitage de San Petersburgo. A pesar de que fue un artista admirado y su trabajo fue muy imitado, Lucas van Leyden no tuvo ni discípulos ni ayudantes a su cargo.