PABLO RUIZ PICASSO (Málaga, 1881 – Mougins, Francia, 1973).
“Animales durmiendo”.
Fototipia sobre papel. Edición de 1200 ejemplares.
Ed. Cahiers d’Art. París, 1948.
Medidas: 40 x 28 cm; 54,5 x 42,5 cm. (marco).
Picasso se instaló en septiembre de 1939 en la población de Royan, una ciudad francesa situada en el departamento de la Charente Marítimo y en la región Nueva Aquitania. Dos años después de haber realizado el asombroso Guernica, y coincidiendo con el conflicto de la Segunda Guerra Mundial, Picasso eligió la zona libre y aprovechó la presencia de su compañera, Marie-Thérese, y su hija Maya, para refugiarse allí. Alquiló un taller en el tercer piso de la villa “Les Voiliers” y emprendió la realización de un carnet de dibujos [carnet de dessins] entre el 30 de mayo y el 22 de agosto de 1940. Posteriormente Picasso añadiría algunos estudios de Paris realizados en 1942. El conjunto se editó en formato facsímil en 1948, por la editorial Cahiers d’Art, en una encuadernación de lino.
Picasso inicia sus estudios artísticos en Barcelona, en la Escuela Provincial de Bellas Artes (1895). Tan sólo dos años después, en 1897, Picasso realiza su primera muestra individual, en el café “Els Quatre Gats”. París se va a convertir en la gran meta de Pablo y en 1900 se traslada a la capital francesa por un breve periodo de tiempo. Al regresar a Barcelona, empieza a trabajar en una serie de obras en la que se observan las influencias de todos los artistas que ha conocido o cuya obra ha visto. Es una esponja que lo absorbe todo pero no retiene nada; está buscando un estilo personal. Entre 1901 y 1907 se desarrollan la Etapa Azul y la Etapa Rosa, caracterizadas por el uso de esos colores y por su temática con figuras sórdidas, aisladas, con gestos de pena y sufrimiento. La pintura de estos años iniciales del siglo XX está viviendo continuos cambios y Picasso no puede quedarse al margen. Se interesa entonces por Cézanne, y partiendo de su ejemplo va a desarrollar una nueva fórmula pictórica junto a su amigo Braque: el cubismo. Pero Picasso no se queda ahí y en 1912 practica el collage en la pintura; a partir de este momento todo vale, la imaginación se hace dueña del arte. Picasso es el gran revolucionario y cuando todos los pintores se interesan por el cubismo, él se preocupa por el clasicismo de Ingres. El movimiento surrealista de 1925 no le coge desprevenido y, aunque no participa abiertamente, le servirá como elemento de ruptura con lo anterior, introduciendo en su obra figuras distorsionadas con mucha fuerza y no exentas de rabia y furia. Igual que ocurre con Goya, a Picasso también le influye en gran medida la situación personal y social a la hora de trabajar. Sus relaciones con las mujeres, frecuentemente tumultuosas, van a afectar seriamente a su obra. Sin embargo, lo que mayor impacto tuvo en Picasso fue el estallido de la Guerra Civil española y el bombardeo de Guernica, que provocó la realización de la obra más famosa del arte contemporáneo. París fue su refugio durante mucho tiempo, pero los últimos años de su vida los pasó en el sur de Francia, trabajando en un estilo muy personal, con vivos colores y formas extrañas. Picasso está representado en los museos más importantes de todo el mundo, como el Metropolitan, el MOMA y el Guggenheim de Nueva York, el Hermitage de San Petersburgo, la National Gallery de Londres o el Reina Sofía de Madrid.