Pareja de águilas monumentales neoclásicas, siglo XVIII.
En terracota.
Modelos casi idénticos de época romana se conservan en el Museo Thorvaldsen de Copenhague.
Medidas: 98 x 73 x 60 cm.; 97 x 66 x 60 cm.
Imponentes águilas de terracota. Datan del siglo XVIII y denotan una clara inspiración en los modelos clásicos romanos. En concreto, modelos casi idénticos en yeso se conservan en el Thorvaldsens Museum de Copenhague. Reflejan el interés del neoclasicismo por revivir el arte y los ideales de la antigua Grecia y Roma. En el Imperio Romano, las águilas eran un símbolo emblemático, representación del poder, autoridad y conexión divina, especialmente en el contexto militar. Ambas aves, de aspecto monumental, se muestran en reposo. No despliegan las alas del todo como si fueran a emprender el vuelo sino solo parcialmente, manteniéndose en una postura vigilante y a un tiempo majestuosa, con la cabeza ladeada. Es una postura frecuente en las águilas romanas colocadas en monumentos, sarcófagos y estandartes. La atención al detalle en las plumas, trabajadas una a una con suma delicadeza, y en la textura verista de las garras, subrayan su carácter poderoso e intimidante. La terracota, para el escultor diestro, permite un extremo nivel de detalle, por lo que fue un material frecuente entre los escultores neoclásicos para realizar estudios de obras clásicas. Estas águilas representan una continuidad artística y simbólica que conecta el poder imperial de la antigua Roma con el resurgimiento de estos ideales en el siglo XVIII, vinculados al poder y la grandeza del Imperio Romano.