CARLES NADAL FARRERAS (París, 1917 – Sitges, Barcelona, 1998).
“Ciel orange”.
Óleo sobre lienzo.
Firmado en el ángulo inferior derecho. Firmado y titulado al dorso.
Con etiqueta de la Sala Parés al dorso.
Medidas: 60 x 74 cm; 85 x 94 cm (marco).
Pintor de vibrante paleta y estilo deliberadamente naïff, del que esta vista de playa se hace eco, su lenguaje rupturista y alegre granjeó a Carles Nadal un amplio reconocimiento. Esta escena de recreo se define por la preponderancia del color naranja del cielo, el sintetismo y rotundidad de las líneas y la utilización de la perspectiva que está ligeramente distorsionada respecto a la tradición. En un primer plano casetas de playa resaltan por sus paredes a rayas de vistosos colores. Muchas de ellas cuentan con banderas internacionales (como la alemana o la inglesa) ondeando en sus tejados a dos aguas. El mar en última instancia resalta por la espuma que crean las olas en la orilla. Gracias a estos elementos Nadal compone una imagen estética vanguardista, donde confluye lo natural con lo urbano.
Hijo de Santiago Nadal, pintor decorador afincado en París, Carles Nadal vive desde la infancia en Barcelona, donde se traslada la familia debido a una enfermedad del padre. A los trece años empieza a trabajar de aprendiz en un taller de pintura decorativa, y en 1936 recibe una beca del Ayuntamiento de Barcelona para cursar estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes de Sant Jordi. Al estallar la Guerra Civil es reclutado en el ejército republicano, con el que luchará en los frentes de Aragón y Tremp. A principios de 1939 cruza la frontera francesa y es internado en el campo de refugiados de Saint Cyprien, donde permanecerá varios meses. Consigue escapar y volver a cruzar la frontera, pero es detenido y encarcelado en Figueras. Bajo libertad condicional vuelve a Barcelona, donde continúa con su carrera artística simultaneando los trabajos de decoración en los estudios de Bellas Artes. En 1941 debuta en una exposición colectiva de la galería Dalmau, obteniendo buenas críticas. Finaliza sus estudios con buenas notas, obteniendo el reconocimiento de profesores y catedráticos, algunos de los cuales se convertirán en amigos y colaboradores del joven Nadal. De hecho fue uno de ellos, Luis Muntané, quien le facilita exponer individualmente por primera vez en 1944, en la sala La Pinacoteca de Barcelona. Dos años después se traslada a París, becado de nuevo por el Ayuntamiento de Barcelona. Allí trabaja y expone con el grupo Présence de l’Homme, además de participar en los Salones de Otoño. Más tarde asistirá, gracias a una beca del Estado francés, a la Escuela parisina de Bellas Artes. En 1948 contrae matrimonio con Flore Joris, estableciendo su residencia en Bruselas, donde permanecerá hasta mediados de los años setenta. En Bélgica descubrirá, como manifestó él mismo repetidas veces, la luz y el color. Durante estos años seguirá mostrando su obra tanto en España y Bélgica como en Francia, Alemania, Holanda, Suiza, Reino Unido y Estados Unidos. La pintura de Nadal es de carácter postimpresionista, intensamente colorista, y se basa en la búsqueda de la fuerza cromática como medio más directo de comunicación. Entre sus premios destacan el Gran Premio de Spa, Bélgica, y su nombramiento como miembro de la Royal Academy of London. Sus obras se encuentran en el MACBA, el Museo Spa en Bélgica y el Museo Real de Bruselas.