Pablo Schugurensky

PABLO SCHUGURENSKY (Catamarca, Argentina, 1954).
“Monet”, 2020.
Óleo sobre lienzo.
Adjunta certificado de autenticidad expedido por el autor.
Firmado en el ángulo inferior derecho.
Medidas: 41 x 33 cm.
Pablo Schugurensky estudió pintura en Buenos Aires con los profesores Noé Nojechowicz, Luisa Manasero e Ideal Sanchez. Desde 1980 frecuenta a Eduardo Bertozzi, a quien reconoce como su maestro. En 1988 fija su residencia en España. En palabras de Tomás Paredes (Presidente de la Asociación Española de Críticos de Arte), desde que en 1999 expuso en Orfila una serie de retratos de sus pintores predilectos, en cuyo catálogo escribió Francisco Umbral, "los retratos de este pintor ha ido ganando en rotundidad. Su expresionismo es imponente, vívido, hendicho, feraz. Con sólo el oficio no se puede crear esta galería de retratos extraordinarios, que evidencian una nítida y generosas forma de entender y sentir la pintura, sin ambigüedad. Schugurensky no es un recién llegado, ni un corredor de fondo, es un artista que ha preferido ubicarse en el tiempo; que privilegia el tema, la forma y la esencia de la pintura, por encima de intereses y de modas". Ha celebrado recientemente exposiciones individuales en galerías madrileñas (Trueno, Matthei, El Molar, Orfila...), en EUA (Latino Artes Gallery, Milwaukee), Buenos Aires (galería VYP), Bilbao (Abad Aguirre), Murcia (Mad)... Ha participado en colectivas en Blackheath Gallery (Londres, desde 2009 hasta 2013), en galería Van Art y Rina Bouwen de Madrid, entre muchas otras. En 2013 se publicó el monográfico sobre su obra, con texto de Antonio Leyva. Pintor de pincelada expresiva, buen conocedor de la historia de la pintura, la estela de la figuración expresionista de Freud y Spencer, así como de la tradición naturalista del barroco, está presente en su obra, de pincelada virtuosa y expresiva. Sus audaces escorzos presentan un expresivo tratamiento carnal, y sus retratos son de una hondura psicológica sin parangón. Su galería de pintores célebres revela sus dotes para desnudar al personaje, para subrayar las peculiaridades de su temperamento, sus excentricidades, siempre desde una óptica subjetiva.