Rafael Zabaleta

RAFAEL ZABALETA FUENTES (Quesada, Jaén, 1907 – 1960).
“El matarife, 1951.
Óleo sobre lienzo.
Procedencia: Colección privada del escritor Camilo José Cela.
Presenta leves desperfectos en el marco.
Medidas: 100 x 81 cm; 103 x 84 cm (marco).
Presenta etiqueta de exposición al dorso, indicando la procedencia.
Obra recogida en: FARALDO, R., Espectáculo de la pintura Española. Cigüeña. Madrid. 1953.
-GUZMÁN PÉREZ, M., Rafael Zabaleta . Estudio calcográfico: Óleos y acuarelas. Diputación de Jaén. Instituto de estudios Giennenses, 2010. P 66-67.Fig. 287.
-AA.VV., Zabaleta Homenaje, página 192.
-D’ORS, E., R. Zabaleta, número 15 (reproducido).
-D’ORS, E., Goya, Picasso y Zabaleta, página 170 (reproducido).
-FARALDO, R., El espectáculo de la pintura..., página 44 (reproducido).
-GAYA NUÑO, J.A., La pintura española de medio…, página 301 (reproducido).
-GUZMÁN, M., Catalogación..., número 282, página 447.
-GUZMÁN, M., La pintura de R. Zabaleta, páginas 382- 383.
-SÁNCHEZ CAMARGO, M., «La gran exposición...,» (reproducido).
Obra expuesta en:
-Syra, Barcelona, 1952, número 18.
-Museo del Parque, Bilbao, 1955, número 21.
-Arte y trabajo, Charleroi, 1958, número 103.
-Dirección General de bellas Artes, Madrid, 1961, número 53 (reproducido en catálogo).

En un interior con ambiente popular, lleno de elementos propios de una carnicería, ubica dos personajes: uno masculino y otro femenino. Ambos se disponen a descuartizar una res porcina que permanece suspendida por las patas traseras y con el lomo abierto. El hombre en posición frontal, muestra una figura cargada de hieratismo pero de fuerte expresión plástica, que queda casi cubierta por el animal, mientras que la mujer, de grandes y rotundos volúmenes, permanece de perfil, en actitud de comenzar su trabajo, con un rostro de expresión dulce y ausente. Dos composiciones con identidad propia estructuran la tela. Animal y carnicero configuran una composición, cuyas formas se ordenan simétricamente; mientas que la mujer y los elementos adyacentes, se disponen con una concepción piramidal, unificando esa dualidad por la sabia disposición de las líneas de fuerza de esta segunda unidad. El dibujo esquemático y muy definido, se encuentra en algunos puntos desproporcionando en aras de la expresividad. Cromáticamente la superficie pictórica está dominada por rojos, rosas y amarillos que contrastan con los verdes, estos últimos de tono bajo y agrisado. El color se extiende sin emerger sobre la superficie del lienzo, quedando a la primera intención definitivamente expuesto, así consigue que la materia pictórica quede fresca y fluida. La obra representa puntualmente la pintura zabaletiana y define por sí mismo el expresionismo hispánico, con mucho de fauvismo y claras connotaciones cubistas.
Nacido en el seno de una familia acomodada, Rafael Zabaleta manifiesta ya desde niño su afición a la pintura, por lo que tras finalizar sus estudios de bachillerato se trasladó a Madrid e ingresa, en 1925, en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando. Allí tendrá como maestros a Lainez Alcalá, Cecilio Pla e Ignacio Pinazo, y en 1932 participa por primera vez en una exposición colectiva, la de los alumnos de San Fernando. Una de sus obras, titulada “La pareja,” será seleccionada para ilustrar la reseña crítica que Manuel Abril realiza para la revista “Blanco y Negro”. Tres años más tarde Zabaleta realiza su primer viaje a París, donde conoce y estudia las obras de los maestros de la pintura contemporánea. En 1937 es nombrado delegado del Tesoro Artístico Nacional, y también por estas fechas inicia una serie de dibujos sobre la Guerra Civil. Al terminar la contienda fue denunciada, y pasó brevemente por el campo de concentración de Higuera de Calatrava y por la cárcel de Jaén, donde le son incautados los dos álbumes de dibujos realizados durante la guerra.