EUGENIO GRANELL (A Coruña, 1912 – Madrid, 2001).
Sin título, 1946.
Óleo sobre lienzo.
Firmado y fechado en el ángulo inferior derecho.
Medidas: 40 x 30 cm.
El biomorfismo y la fantasía de inspiración orgánica caracterizó el peculiar estilo surrealista de Eugenio Granell. Aquí vemos a dos personajes flotando en el azul. Uno de ellos es de carácter fúngico, con tallo de seta y cabeza de hongo. El otro, más largo y de sinuoso cuerpo, evoca el crecimiento caprichoso de las plantas, y una pequeña cabeza oval culmina su figura. Es una composición colorista y onírica, de vivos colores delimitados por un trazo negro. Granell jugaba con la idea de transformar lo cotidiano y lo natural desafiando la lógica y sugiriendo el movimiento constante, la simbiosis entre el mundo vegetal y el antropomórfico. Los cuerpos humanoides se mimetizan con lo orgánico en sus líneas cimbreantes. Sus formas biomórficas sugieren una vida secreta.
Pintor, acuarelista, grabador y escultor, Eugenio Fernández Granell pasó su infancia en Santiago de Compostela, ciudad que marcará en gran parte su obra plástica. Inclinado en un primer momento hacia la música, en 1928 se traslada a Madrid para estudiar violín en la Escuela Superior de Música. En la capital frecuentará círculos intelectuales vinculados al marxismo, y finalmente ingresará en el Partido Obrero de Unificación Marxista en 1935. Al estallar la guerra civil se une al ejército republicano, y también dirigirá “El combatiente rojo”, el periódico de su partido. No obstante, tras finalizar la contienda será perseguido tanto por el nuevo régimen como por sus camaradas comunistas, por su condición de trotskista. Se exilia por tanto a Francia en 1939, y tras pasar por varios campos de concentración marcha a Sudamérica. Se instala en la República Dominicana, donde entrará como primer violín en la Orquesta Sinfónica. No obstante, al endurecerse la dictadura de Trujillo, Fernández Granell abandona el país para instalarse en Guatemala, donde ejercerá como profesor en la Escuela de Artes Plásticas. Al estallar la revolución guatemalteca, en 1950, debe escapar de nuevo por miedo a la persecución estalinista, y esta vez llega con su familia a Puerto Rico, donde el pintor ocupará la cátedra de Historia del Arte en la Facultad de Humanidades. No obstante, pese a este continuo peregrinar Fernández Granell continúa con su labor artística, celebrando exposiciones y publicando libros de relatos y de poesía. En 1956 conoce a Marcel Duchamp, quien halagará su arte plástico y poético y lo refuerza en su actividad surrealista. Ese mismo año se traslada a Nueva York, donde se establecerá ya de forma definitiva. Catedrático de Literatura Española en el Brooklyn College de la ciudad, en esta etapa se doctora en Sociología en la New Schoolfor Social Reserach, con la tesis “El Guernica de Picasso. El final de una era española” (1967). Fernández Granell continuará en Nueva York hasta 1985, cuando tras jubilarse regresa con su esposa a España, instalándose en Madrid. Ya ampliamente reconocido, será galardonado con destacados premios como la Medalla de Oro de las Bellas Artes. Asimismo, en 1995 se establecerá en Santiago de Compostela la fundación que lleva su nombre, y que a día de hot recoge la mayor parte de su producción plástica.