Joaquín Sunyer

JOAQUÍN SUNYER DE MIRÓ (Sitges, Barcelona, 1874 – 1956).
“Vacas pastando”.
Óleo sobre lienzo.
Firmado en el ángulo inferior.
Medidas: 73 x 93 cm; 84 x 97 cm (marco).

En este paisaje con vacas pastando, Joaquín Sunyer despliega su estilo característico, en su búsqueda de orden y equilibrio a través de una representación idealizada de la naturaleza. De ello se hace eco la combinación de vacas blancas y negras con otras en tonos marrón, sobre un paisaje montañoso con árboles y verdes a distintos tonos. La composición estructurada es de inspiración cezanniana, optando por simplificar el paisaje y los animales con formas sólidas y rotundas. Sunyer trabajaba con volúmenes definidos, invocando una sensación de calma y estabilidad en esta escena rural, sencilla y armónica.

Tras estudiar en la Escuela de La Lonja de Barcelona, Sunyer inicia su carrera como ilustrador de escenas populares en “La Vanguardia”, en 1896. Poco después se instala en París, donde se especializó en escenas callejeras e interiores intimistas, que trataba con un estilo influido por el prostimpresionismo. En París trabó amistad con Picasso y Hugué, y expuso en los Salones. Entre 1905 y 1906 viaja por Castilla, por iniciativa del marchante Henri Barbazanges, que quería temas españoles. Regresa en 1907 a París, y realiza diversas muestras en la capital francesa y en Lieja. Marcha a Sitges en 1910, en un momento en que su estilo ha ido perdiendo las influencias postimpresionistas y se acerca a los temas mediterráneos y las figuras de canon simplificado de Cézanne. Al año siguiente, Sunyer organiza una muestra personal en el Faianç Catalá que le situó, habiendo fallecido Nonell, a la cabeza de la pintura catalana del momento. Durante los años siguientes se dedica a viajar y exponer por Europa, pero regresa a Cataluña al estallar la Primera Guerra Mundial. Establecido en Sitges, participa no obstante en los Salones de París y Barcelona. Tras huir de España a causa de la Guerra Civil, regresa a España y se instala en Barcelona en 1942. En 1949 le fue concedida la Legión de Honor, y posteriormente se le dedicaron salas especiales en las Bienales Hispanoamericanas de Arte de Barcelona. En la de La Habana, en 1954, se le concedió el gran premio al conjunto de toda una vida de trabajo. Asimismo se celebró en Madrid una muestra antológica en 1974, conmemorando el centenario de su nacimiento. Como pintor de caballete fue el más representativo del “noucentisme”. Destacaron especialmente sus paisajes y desnudos femeninos, así como sus retratos, totalmente alejados de la pintura tradicional. Actualmente, Joaquín Sunyer está representado en el MACBA, el de Bellas Artes de Bilbao, el Centro Georges Pompidou de París y el Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid.