ANTONIO JOSÉ ESTRUCH MARTÍNEZ (Valencia, 1835 - 1907).
"Tobías y el ángel", 1887.
Óleo sobre tabla.
Firmado en el ángulo inferior izquierdo. Firmado y fechado en el reverso.
Medidas: 27 x 20 cm., 42 x 35.5 cm. (marco).
Situados en un paisaje, aparecen en primer plano dos figuras: una alada, vestida lujosamente, y, a su lado, un hombre joven con ropajes más humildes. La pintura muestra el momento previo en el en el que Tobías, siguiendo las instrucciones del ángel, se dispone a arrancar el corazón y las entrañas de un enorme pescado para curar con ellas la ceguera de su padre (Libro de Tobías: VII, 15). Según el pasaje bíblico, la escena en la que Tobías y Rafael se detienen en el lago Tiberíades donde Tobías pesca el pez que curará la ceguera de su padre, se desarrolla al atardecer. Y es precisamente el suceso de la pesca el que se representa en la mayoría de las pinturas, siendo este óleo algo excepional al no representar al pez ni al río, si no el momento previo. Se puede apreciar la luz dorada del ocaso, reflejada en la zona izquierda de la composición, donde el paisaje queda abierto al horizonte. Estéticamente destaca la claridad de las tonalidades utilizadas por el autor, que trabaja con una gama de colores pastel, como se aprecia en el manto de San Rafael. Además, es reseñable la factura de la obra, que se define a través de rasgos suaves y armoniosos que nos indican que se trata de una estética propia del siglo XIX.El autor de la obra es José Estruch, formado en la Academia de San Carlos, completando sus estudios en Italia, donde viajó tras finalizar la carrera de Bellas Artes con el fin de encontrar una formación de carácter más internacional y cosmopolita. Fue allí donde Estruch copió pinturas de grandes maestros del Renacimiento como Leonardo Da Vinci, Durero, Rafael, entre otros. Este viaje a Italia provocó una situación en que no acababa de definir su estilo y esto desembocó en un carácter todavía más solitario. Aun así, continuó copiando "madonas" de Rafael. En 1877, ganó una medalla de plata con su “Guillem de Vinatea”, lo que le incitó a buscar popularidad fuera de Valencia. Así pues, viajó a Madrid donde un año más tarde pintó de forma espontánea “17 cabezas en los urinarios del Buen Retiro de Madrid”, donde plasmaba los vicios y las virtudes de la sociedad. Para su desgracia, Estruch decidió no confesar ser el autor.Dedico su tiempo a realizar obras de temática religiosa, de encargos, además de atender principalmente en la materialización del retrato. Hacia 1864, seguía realizando obras de tema religioso inspiradas en el artista renacentista Juan de Juanes, entre ellas destacan, un Salvador que es un óleo pintado sobre tabla que se conserva en el Museo Nacional del Prado aunque provenía de la Iglesia de Fuente la Higuera en Valencia, o una Sagrada Familia, también óleo sobre tabla que actualmente se ubica en Huesca. El pintor se vio forzado a permanecer en Valencia y a trabajar en este estilo artístico dado que aún no había hallado su estilo personal. Tres años más tarde, a la edad de 32 años, Estruch descubre los grabados de Goya y se sorprende al ver aquellas representaciones despreocupadas, además de apreciar la valerosa forma de expresar la indignación que sentía el pintor aragonés, siendo esta escena de interior, un ejemplo de su influencia. En los años siguientes siguió atendiendo abundantes encargos de retratos a la vez que dibujaba y plasmaba con admiración el estilo goyesco que había conocido en los famosos grabados.