Escuela flamenca; Circulo del maestro de la santa sangre; SXVI.

Escuela flamenca; Círculo del MAESTRO DE LA SANTA SANGRE; siglo XVI.
“Cristo sostenido por al Virgen y san Juan”.
Óleo sobre tabla.
Posee marco del siglo XIX en madera chapada de ébano.
Medidas: 36 x 25 cm; 49 x 37 cm (marco).
El tema de esta pintura se inscribe dentro de la tradición iconográfica de la Lamentación de Cristo, un tema recurrente en el arte cristiano que evoca el dolor y la tristeza posteriores a la crucifixión. La composición se centra en el cuerpo exánime de Cristo, cuya palidez contrasta con la intensidad emocional de las figuras que lo rodean: la Virgen María y San Juan Evangelista. La Virgen, con un gesto de profundo desconsuelo, sostiene a su hijo. La simetría y el equilibrio de la composición son elementos clave para transmitir la solemnidad del momento. El fondo dominado por un rompimiento de gloria en el que se ve la representación del Espíritu Santo, muestra un acabado sobrio que realza la luminosidad de las figuras, acentuando el dramatismo de la escena y creando una atmósfera de recogimiento.
Esta obra es un claro ejemplo de las características distintivas de la escuela flamenca del siglo XVI. El realismo minucioso, la atención al detalle y el dominio de la técnica del óleo son evidentes en cada elemento de la pintura. Las figuras son representadas con una precisión anatómica y una expresividad emocional que revelan la maestría del artista. Los detalles, desde las texturas de las telas hasta los rasgos faciales de los personajes, son tratados con una meticulosidad que denota un profundo conocimiento de la realidad.
Estéticamente la pieza recuerda a modelos creados por el pintor conocido como “Maestro de la santa sangre”, pintor flamenco, originario de Amberes, cuyo taller estuvo activo en Brujas en el primer cuarto del siglo XVI. Su nombre procede de la Capilla de la Santa Sangre de Brujas, donde se conserva un tríptico que representa una Piedad, donado en 1519 a la Cofradía de la Santa Sangre. Como todos los maestros anónimos, su biografía es poco conocida, aparte del hecho de que estableció su taller en Brujas a principios del siglo XVI. Él y sus aprendices producían obras devocionales para la venta y no por encargo, a diferencia de la mayoría de sus contemporáneos. Parece ser que fue discípulo o cercano a Quentin Metsys y también recibió la influencia de Hans Memling. También fue seguidor de Gérard David y Hugo Van der Goes. La influencia de Quentin Metsys se aprecia sobre todo en ciertos tipos de santos y en las figuras masculinas casi caricaturescas. Parece haber tenido predilección por los rostros presentados de tres cuartos, delgados, con narices rectas y finas, bocas pequeñas y barbillas redondas en el caso de las mujeres, más pronunciadas en el de los hombres. Los párpados están bajados en forma de media luna, o de hendidura, en cuyo caso las pupilas son redondas y muy oscuras. El pelo rizado de color castaño claro tiene reflejos rojizos. Las manos se extienden desde el antebrazo sin mostrar el hueso de la muñeca. Los dedos largos están paralelos o ligeramente doblados, excepto el meñique, que suele estar extendido. La pincelada preparatoria es a menudo muy visible, perfilando de cerca las siluetas.