Escuela italiana; s. XVII.

Escuela italiana; siglo XVII.
“La avaricia”.
Óleo sobre lienzo.
Medidas: 72 x 60 cm.
En esta imagen el autor muestra una escena que parece tomada de la vida cotidiana, una escena costumbrista, pero que sin embargo guarda un significado alegórico más profundo, una segunda lectura que nos habla de la avaricia. En la escena se puede apreciar la representación de una mujer de avanzada edad, sentada junto a una mesa donde se disponen monedas y perlas. La protagonista fija su profunda y negra mirada en nosotros, descubriendo nuestra presencia invasora, quizás haciéndonos partícipes de la representación teatral que es, en el fondo, toda obra barroca. Los retratos alegóricos surgieron desde la edad media con la intención de exaltar las cualidades y las situaciones de la vida. Este tipo de retratos fueron utilizados para exaltar las cualidades de un personaje en concreto, como por ejemplo reyes, o personalidades reconocidas. De hecho, durante el barroco esta corriente volvió a estar en boga. En este caso en concreto no se trata de un personaje reconocido, sino que el pintor ha querido reflejar el concepto inicial del uso de la alegoría en el arte pictórico.
A comienzos del siglo XII tomó lugar una corriente de artistas pertenecientes al panorama artístico holandés. Este grupo de pintores cuya formación partía del estudio del arte clásico suponía la presencia de dichos pintores en la capital italiana. Lugar donde tomaron contacto no solo con el clasicismo, sino también con las corrientes más novedosas de la época. Es en este contexto, en el cual experimentaron las novedades del lenguaje figurativo de Caravaggio. Adoptando así los recursos estilísticos del pintor milanés, los caravaggistas de Utrecht siguieron la corriente del naturalismo caravaggiesco, presentándola a través de los efectos claroscuristas. A su regreso a Holanda, entre 1620 y 1630, estos pintores lograron imponer en Utrecht, que era ciudad católica, el claroscuro dramático y el realismo de Caravaggio.