Atribuido a Astolfo Petrazzi

Atribuido a ASTOLFO PETRAZZI (Siena, 1580-1653).
"Tres amorcillos arreglando un centro floral".
Óleo sobre tela.
Reentelado.
Catalogado en "The sense of pleasure. A collection of still life paintings" de John T. Spike. Ed. Skira, pg 68.
Medidas: 70 x 115 cm.; 84 x 126 cm. (marco).

Tres amorcillos de cuerpos volumétricos, magistralmente modelados por una luz barroca, están sentados en un pretil de piedra en torno a una canasta rebosante de flores. El del medio acerca una flor a cada uno de sus compañeros invitándoles a oler su fragancia. Las rollizas piernecillas sobresalen diestramente en escorzo, rompiendo la bidimensionalidad del cuadro. Esta obra, atribuida a Astolfo Petrazzi, es un excelente ejemplo del crisol de influencias que marcaron la obra de este pintor sienés, resultando de ello un estilo propio: así, el naturalismo luminoso del barroco romano se combina magistralmente con la elegancia decorativa del barroco sienés, creando una obra delicada, sensual y vibrante. La convivencia entre lo ornamental y lo narrativo caracterizó su estilo. Aunque durante su estancia en Roma conoció a los caravaggistas, se alejó del dramatismo crudo de éstos, pero se interesó por su búsqueda de verismo expresivo. Se inclinó, en parte, por un sentido ornamental, como se aprecia en la detallada representación de las fragantes corolas florales. Los cuerpos rollizos, en cambio, son anatomías naturalistas. El resultado es cautivador sin resultar cargante gracias a una composición equilibrada y a un manejo audaz de los contrastes lumínicos.

Astolfo Petrazzi fue un pintor italiano del período barroco, activo principalmente en su ciudad natal de Siena, pero también en Spoleto y Roma. Fue alumno principalmente de Francesco Vanni, pero también trabajó con Ventura Salimbeni y Pietro Sorri. En Roma, recibió encargos importantes como la historia del martirio de Sant'Eustachio en la iglesia del mismo nombre, así como encargos para la iglesia de San Gio. dei Fiorentini y la Capilla Capponi, donde hizo a Santa María Magdalena sostenida por ángeles. En San Biagio, plasmó la figura de la Virgen María con ángeles y santos. Y, en la Chiesa Nuova, de los Padri della Congregazione dell'Oratorio di San Filippo Neri, pintó veinte grandes cuadros con la imagen de Jesucristo, la Virgen María y otros santos (información recogida por F. Baldinucci, "Notizie de' professori del disegno da Cimabue in qua", Milán 1812, pp. 299-302). Las investigaciones de archivo indican que la actividad capitolina de Petrazzi tuvo lugar entre 1618 y 1625. Su gran admirador y biógrafo, el médico Giulio Mancini, esboza asimismo su actividad romana y su acercamiento al naturalismo, que sin duda aprendió en Siena en el círculo de Rutilio Manetti (1571-1639) y Francesco Rustici (1592-1626). Las investigaciones de archivo y las fuentes indican que el pintor también trabajó para el coleccionismo privado, como se deduce de una carta enviada a Siena por el príncipe Mattias de' Medici el 15 de mayo de 1630, en la que se cita un cuadro con instrumentos musicales encargado por Giovan Carlo de' Medici, hermano de Mattias, en el que Petrazzi se define como superior al propio Manetti en este tipo de composición (Bisogni - Ciampolini 1987, p. 101). En consecuencia, se deduce que la producción de bodegones del pintor era extraordinariamente solicitada. Selección de obras en Siena: "Ascensión", Museo dell'Opera del Duomo, Catedral de Siena; "El obispo cristiano de Maguncia", Palazzo Pubblico, Siena; "Padre Eterno y Santos", Basílica de San Francisco, Siena; "La Madonna y la peste de Siena", San Clemente en la Basílica de Santa Maria dei Servi, Siena, entre muchos otros. Hoy, tras las investigaciones de Marco Ciampolini, la fisonomía y el carácter del pintor han sido por fin delineados, pero ciertamente una gran parte de los bodegones destinados al mercado de los coleccionistas están aún por rastrear.