Escuela española; s. XVII.

Escuela española; siglo XVII.
“Bodegón”.
Óleo sobre lienzo. Reentelado.
Medidas: 84 x 120 cm; 111 x 147 cm (marco).
En esta obra, el autor nos ofrece un bodegón dinámico y escenográfico, típicamente barroco, en el que se combina una base genuinamente española en el abordaje del género con una influencia italiana característica de la escuela valenciana del barroco. Esta obra destaca por su excepcionalidad, ya que parece integrar dos bodegones dispuestos en diferentes alturas de manera escalonada. Es cierto que en la escuela bodegonista española la presentación a distintas alturas era un rasgo característico; sin embargo, en este caso, el artista va más allá, desarrollando dos bodegones independientes compuestos de múltiples elementos. A pesar de esta duplicidad, se aprecia una gran simetría en la obra que aporta equilibrio a esta escena profusa.
La escuela valenciana estuvo en el siglo XVII muy influenciada por el tenebrismo de Caravaggio, dado que por el puerto de Valencia llegaban a España los cuadros italianos destinados a las colecciones reales. Nos encontramos aquí ante una obra que conjuga el dinamismo compositivo del pleno barroco con un tratamiento cromático y lumínico directamente derivado de Caravaggio. A los tonos brillantes y anticlásicos de las flores, entre los que destaca el rosa y el rojo, se unen toda una serie de colores terrosos, ocres y carmines que componen la base de la paleta caravaggiesca, constituyendo un interesante contrapunto visual. Respecto a la estructura general, nos hallamos ante una obra claramente enmarcada en el pleno barroco español muy cercana a la pintura de Tomás Hiepes. Pintor valenciano que es actualmente considerado el más destacado bodegonista del barroco valenciano y, de hecho, a él se debe el mayor interés por este género en el ámbito valenciano. Aunque nace hacia 1610, Yepes entra ya en la segunda mitad del siglo, y de hecho continúa trabajando hasta los años setenta, aunque no evoluciona demasiado; en su obra no se ve el dinamismo de las flores de Arellano, ya que él sigue disponiéndolas de forma radial, geométrica, a la manera del primer barroco español, tal y como vemos en este lienzo. La obra que nos ocupa continúa los preceptos de este maestro del bodegón. Su lenguaje se caracteriza por varios rasgos que podemos observar aquí: importancia del naturalismo, técnica detallista y precisa especialmente visible en las calidades de los objetos, gama cromática principalmente cálida, típicamente valenciana; influencia del bodegón napolitano en los brillos y la suntuosidad de algunos elementos y cierto carácter tenebrista en la iluminación. El artista, al igual que hizo Hiepes en su día, sitúa en primer término todos los objetos: el jarrón con flores, el frutero con moras e higos, los melocotones o el pequeño melón. A día de hoy conocemos pocos datos de Tomás Hiepes a nivel biográfico; aparecen obras suyas firmadas entre 1642 y 1674, año de su muerte, y desarrolla un bodegón relacionado con Castilla e Italia, aunque no sabemos cómo llegó a él esta última influencia. Actualmente se conservan obras suyas en el Museo del Prado, el de Bellas Artes de Valencia y el Monasterio de las Descalzas Reales de Madrid, entre otras colecciones tanto públicas como privadas