Maestro Italiano; primer tercio del s. XVII.

Maestro Italiano; primer tercio del siglo XVII.
“Descanso de la huida Egipto”.
Óleo sobre lienzo. Reentelado.
Presenta restauraciones y posee marco del siglo XIX.
Medidas: 142 x 120 cm; 166 x 146 cm (marco).
Las figuras que conforman la escena están trabajadas con un enorme idealismo, destacando la suavidad rostro de la Virgen, la expresividad y la iluminación modulada empleada logra dotar de una mayor presencia física, una mayor tridimensionalidad y también intensidad y efectismo a la figura. Estos rasgos, así como la gama cromática utilizada, son rasgos propios del barroco italiano. Tanto la rotundidad de las figuras que conforman la escena, los volúmenes, el uso de una composición clásica, en la cual los personajes se disponen formando un triángulo, situado en el centro de la escena, y el interés por el dibujo sobre el color, nos indican que se trata de la escena italiana, de hecho la escena presenta numerosas similitudes con obras de Annibale Carraci como por ejemplo la Sagrada Familia del Hermitage Museum, o más en concreto con la Sagrada Familia con san Juanito de la National Gallery de Londres.
La huida a Egipto es un episodio del Evangelio de San Mateo muy popular en la historia del arte. Dicho pasaje ha sido representado con frecuencia para identificar a la Sagrada Familia con los desfavorecidos por la emigración y la represión política. El relato del Nuevo Testamento, muy breve y propio del Evangelio de Mateo, narra cómo un ángel se aparece en sueños a San José y le indica que debe huir a Egipto junto a María y el Niño, pues el rey Herodes lo estaba buscando para matarlo. José obedece, y al cabo de un tiempo se le ordena volver, de un modo similar. El propio evangelista ve en el episodio el cumplimiento de una profecía del Antiguo Testamento: “de Egipto llamé a mi hijo” (Oseas, 11,1). En los evangelios apócrifos y en la tradición cristiana posterior, este episodio se ampliará con multitud de anécdotas y milagros acaecidos a lo largo del viaje, entre los cuales encontramos el descanso en la huida a Egipto, pausa obligada para que la Virgen amamante al Niño. Esta escena se desarrolla en un paisaje idealizado lo cual muestra la fuerte influencia en la presente obra de modelos del barroco italiano del siglo XVII, entre otros detalles. La presencia de los amorcillos, como del ángel que se encuentra de pie guiando al burro, identifican esta escena religiosa de manera concreta, más allá de la representación de la Sagrada Familia.