Círculo de Jacob Hyusmans

Círculo de JACOB HUYSMANS (c. 1633–1696), c. 1700.
“Retrato de joven”.
Óleo sobre lienzo. Reentelado.
Presenta restauraciones.
Medidas: 144 x 102 cm; 163 x 120 cm (marco).
Vemos en este lienzo el retrato de un niño ante un idílico fondo de paisaje en el que se puede apreciar restos de una arquitectura imponente de estilo clásico. El protagonista se encuentra perfectamente centrado en la escena, mirando directamente al espectador. Aparece elegantemente vestido a la moda de la época. El pequeño sostiene en sus manos una gran lanza, símbolo del poder, mientras que con la otra sostiene la correa de dos galgos. Tanto la temática como el protagonista recuerdan en gran medida a la obra “John Ives Senior as a Boy (1718/1719–1793) que se encuentra en Great Yarmouth Museums.
El estilo y la técnica recuerdan a la pintura de Jacob Huysmans (c. 1633-1696) retratista flamenco que, tras formarse en su Amberes natal, emigró a Inglaterra antes de la Restauración. Se convirtió en un afamado pintor de corte y atrajo el mecenazgo de la reina de origen portugués Catalina de Braganza, católica como él, de la que pintó varios retratos. Con su estilo exuberante, durante su vida fue considerado un importante rival del pintor de corte Peter Lely, que favorecía un tratamiento más sobrio de sus modelos. Huysmans se trasladó a Inglaterra antes de la Restauración, en 1660. Se tiene constancia de él por primera vez en Inglaterra en 1662. Allí se inició como pintor de pastiches en formato reducido de cuadros de historia de Anthony van Dyck. Posteriormente pudo establecerse como retratista en la corte de Carlos II. Incluso después de haberse establecido como retratista de la élite, siguió pintando temas de historia y se sabe que creó composiciones religiosas para su mecenas, la reina Catalina de Braganza. Sus pinturas religiosas e históricas son de estilo más sobrio que sus retratos. Su estilo, manejo de la pintura y aplicación del color se acercan al barroco italianizante de Anthony van Dyck. Su paleta se caracteriza por el uso de colores subidos de tono, luces rojizas en las carnaciones y un acabado liso y brillante. Huysmans era especialmente hábil en la representación de los ricos colores y texturas de los suntuosos vestidos de la corte. Le gustaba mostrar el juego de luces, colores y contrastes de texturas, satén arrugado contra piel de porcelana o brillantes tirabuzones entrelazados con flores joya. Huysmans prefería representar a sus modelos en traje y con accesorios colocados en escenarios teatrales e incluyendo símbolos alegóricos. La grandiosidad de sus modelos evoca la obra del pintor italiano Guido Reni y la escuela boloñesa del siglo XVII.