Ramón Casas Carbó

RAMÓN CASAS CARBÓ (Barcelona, 1866 – 1932).
“Claustro del Monasterio Sant Benet del Bages ”.
Óleo sobre lienzo.
Adjunta certificado expedido por Don Marçal Barrachina.
Posee marco de madera tallada y dorada.
Firmado en el ángulo inferior izquierdo.
Medidas: 75 x 61 cm; 98 x 85 cm (marco).
Ramón Casas, un pintor clave del modernismo catalán, representó en varias ocasiones el claustro del Monasterio de Sant Benet de Bages, un espacio que le atrajo tanto por su atmósfera serena como por su riqueza arquitectónica. En esta pintura, Casas logra capturar la luz y el color con una maestría excepcional, demostrando su profundo conocimiento de la perspectiva y el uso expresivo de la paleta cromática.
El claustro, un espacio de meditación y recogimiento en la tradición monástica, es representado aquí con un juego magistral de luces y sombras. La iluminación resalta los arcos y columnas, generando un contraste entre los tonos cálidos y fríos que añade profundidad a la composición. Casas emplea pinceladas sueltas y una textura pictórica rica, lo que da a la obra una sensación casi etérea, donde la arquitectura parece disolverse en la luz y el aire.
Su dominio técnico es evidente en la forma en que utiliza el color para modelar los volúmenes, especialmente en la pared central de tonos rojizos, que se convierte en un foco visual vibrante dentro de la escena. A través de esta representación, el artista no solo documenta el lugar, sino que también lo impregna de una atmósfera evocadora-
Casas, influenciado por el impresionismo y el modernismo, consigue en esta obra un equilibrio entre la fidelidad arquitectónica y una interpretación subjetiva de la luz y el espacio. Su interés por el monasterio de Sant Benet de Bages se enmarca dentro de su deseo de capturar la esencia de la Cataluña histórica.
Destacado pintor y dibujante, Casas se inicia en la pintura como discípulo de Joan Vicens. En 1881 realiza su primer viaje a París, donde completó su formación en las academias Carolus Duran y Gervex. Al año siguiente participa por primera vez en una muestra en la Sala Parés de Barcelona, y en 1883 presenta, en el Salón de los Campos Elíseos de París, un autorretrato que le valió la invitación para convertirse en miembro del salón de la Societé d’Artistes Françaises. Los siguientes años los pasa viajando y pintando entre París, Barcelona, Madrid y Granada. En 1886, aquejado de tuberculosis, se asienta en Barcelona para recuperarse. Allí entra en contacto con Santiago Rusiñol, Eugène Carrière e Ignacio Zuloaga. Tras un viaje recorriendo Cataluña junto a Rusiñol, en 1889, Casas regresa con su amigo a París. Al año siguiente participa en una colectiva en la Sala Parés, junto con Rusiñol y Clarasó, y de hecho los tres continuarán realizando exposiciones conjuntas en dicha sala hasta la muerte de Rusiñol en 1931. Sus obras de este momento se encuentran a medio camino entre el academicismo y el impresionismo francés, en una suerte de germen de lo que sería más tarde el modernismo catalán. Su fama continúa extendiéndose por toda Europa, y realiza exposiciones de éxito en Madrid y Berlín, además de participar en la Exposición Mundial de Chicago de 1893. Casas se establece definitivamente en Barcelona, inmerso en el ambiente modernista, aunque sigue viajando a París para los salones anuales. Financió el local que sería punto de referencia para los modernistas, el café Els Quatre Gats, inaugurado en 1897. Dos años después organiza su primera muestra individual en la Sala Parés. Mientras crecía su fama como pintor, Casas empezó a trabajar como diseñador gráfico, adoptando el estilo Art Nouveau que llegó a definir al Modernismo catalán. En los años siguientes se suceden sus éxitos: presenta dos obras en la Exposición Universal de París de 1900, gana un premio en Munich en 1901, varias de sus obras quedan en la exposición permanente del Círculo del Liceo, realiza diversas muestras internacionales y, en 1904, obtiene el primer premio en la Exposición General de Madrid. Está representado en el Museo del Prado, el Nacional de Arte de Cataluña, el Nacional Reina Sofía, el Thyssen-Bornemisza, el de Montserrat, el Cau Ferrat de Sitges, el Camón Aznar de Zaragoza y el de Arte Contemporáneo de Barcelona.
Aunque Ramón Casas es conocido sobre todo por su faceta retratística, en sus obras la ambientación arquitectónica llega a ser, en ocasiones, muy importante a la hora de construir el ambiente y la atmósfera en la que se inscriben los personajes. En esta vista del interior del claustro románico de Sant Benet del Bages, el pintor juega magistralmente con las luces y sombras, haciendo un uso prácticamente monocromo del color, para construir la sólida galería cubierta de bóvedas de cañón del viejo monasterio y evocar el ambiente de serenidad y silencio, de recogimiento y meditación.