DESCRIPCIÓN
PEDRO ANASTASIO BOCANEGRA (Granada, 1638 – 1689).
"El sueño de San José. Anunciación".
Óleo sobre tela. Reentelado.
Firmado con anagrama P.A.F.
Medidas: 95 x 97 cm.; 103,5 x 105,5 cm(marco).
La pintura se corresponde con la temática , composición y técnica de Pedro Atanasio, muy influenciada por Alonso Cano Y por Van Dyck. Pedro Atanasio de Bocanegra, discípulo de Alonso Cano, Pedro Moya y Juan de Sevilla, se convirtió en la década de 1660 en el artista más activo de su ciudad natal. Su primera obra conocida la constituyen las decoraciones de las fiestas del Corpus Christi de su ciudad natal en 1661. Durante los años siguientes encontramos encargos como la serie de lienzos que ejecutó entre 1665 y 1666 para el claustro del convento de Nuestra Señora de Gracia, actualmente perdidos; o los numerosos cuadros, entre ellos la “Conversión de San Pablo”, que pintó entre 1668 y 1672 para el altar del colegio de la Compañía de Jesús, actual iglesia de los Santos Justo y Pastor (in situ). Al mismo tiempo recibió el encargo de decorar la cartuja granadina con escenas de gran tamaño sobre la vida de la Virgen, conjunto que incluye dos obras actualmente conservadas en el Museo del Prado: “Aparición de la Virgen a San Bernardo” y “La Virgen y San Pedro entregando la regla a unos frailes cartujos”. Fue asimismo nombrado pintor de la catedral. Tras este periodo pasó por Sevilla en 1686, y desde allí partió hacia la corte de Madrid, donde fue protegido por don Pedro de Toledo, marqués de Mancera. Gracias a la influencia de su protector Bocanegra logrará el título de pintor del rey “ad honorem” por su cuadro “Alegoría de la Justicia”, inspirado en una estampa veneciana de mediados del siglo XVI, y actualmente conservado en la Real Academia de San Fernando. Otras obras suyas conservadas son “La adoración de la Eucaristía” (convento de las Góngoras, Madrid), varios retratos de miembros de la orden Trinitaria (Palacio de Carlos V, Granada), así como las conservadas en el Prado: varias pinturas que representan a la Virgen con el Niño y diferentes santos, y “El triunfo de David”. Tras su estancia en Madrid Pedro Bocanegra regresará a Granada, donde conoció al pintor y arquitecto Teodoro de Ardemans, quien le retrató en un lienzo conservado en el palacio arzobispal de Granada. Bocanegra desarrolló un estilo cercano al de su maestro Cano, siendo admirado por el gran encanto de sus imágenes religiosas, representadas con mucha delicadeza. Su debilidad en el dibujo la compensó con un agradable colorido, muy trabajado, que demuestra su interés por el arte flamenco contemporáneo, en especial el de Anton van Dyck. Además de las ya mencionadas pinacotecas y centros religiosos, actualmente encontramos obras de este maestro en el Museo de Zaragoza, el de Goya en Castres, el Diocesano de Arte Sacro de Vitoria y en el de Bellas Artes de Granada, así como en diversas colecciones particulares.
El tema del Sueño de San José está tomado del Evangelio de San Mateo, en el que se narra que un ángel se aparece en sueños a José para decirle que no dudase en aceptar a María como esposa, estando ella encinta. Fue un episodio especialmente tratado a partir del barroco, usualmente asociado a episodios afines como la Anunciación, como ocurre en este óleo. En primer término vemos una representación poco ortodoxa de la Virgen, sensual con sus sedosos cabellos cayendo sobre sus hombros y su mirada fugando hacia el cielo en aceptación de la buena nueva. En segundo término, José adormecido es visitado por un arcángel. Al fondo se divisan arquerías, ruinas arquitectónicas difuminándose en un fondo brumoso. Una cortina se abre tras María, dejando entrever una pared con hornacina. La compleja distribución espacial, el contraste lumínico y la sensualidad de los gestos inscriben esta pintura en el barroco italiano. Destaca asimismo el naturalismo de los drapeados en la túnica cuya blancura sedosa absorbe y distribuye sabiamente la luz desde su centro.