Escuela novohispana o madrileña; s. XVIII.

Escuela novohispana o madrileña; siglo XVIII.
“Virgen del buen consejo”.
Óleo sobre lienzo. Reentelado.
Presenta restauraciones en la superficie pictórica.
Medidas: 57 x 40,5 cm.

La presente obra basa su modelo iconografico en la advocación madrileña de la Virgen del Buen Consejo en su capilla de la basilica colegiata de San Isidro. Deberiamos de comparar esta obra con un trampantojo similar ejecutado por Herrera Barnuevo conservado en el Museo de Cleveland.

Esta pintura del siglo XVIII, muestra una representación devocional de la Virgen María sosteniendo al Niño Jesús. La Virgen aparece en una postura tierna y protectora, con el Niño Jesús en sus brazos, vestido de rojo. Su vestimenta incluye un manto azul que cae con pliegues detallados, sobre una túnica decorada con motivos florales, lo que simboliza su pureza y su papel como madre de la iglesia.
Sobre la cabeza de la Virgen, destaca una aureola o corona dorada con rayos de luz, rodeada por pequeños querubines que le otorgan un aspecto celestial. Estos querubines, con rostros infantiles y alas, flotan a su alrededor, enfatizando la naturaleza sagrada y mística de la escena. A los lados de la composición, hay columnas doradas decoradas que enmarcan la escena central, y en la parte inferior, dos jarrones con flores resaltan el carácter ornamentado y detallado propio de esta época.
La paleta de colores es cálida, predominando los tonos marrones, rojos y dorados, típicos de las obras barrocas novohispanas, que buscan reflejar riqueza y devoción. El estilo sugiere un enfoque en la ornamentación y la expresividad religiosa, característico del arte colonial en América Latina, donde se mezclaban influencias europeas con elementos locales para enfatizar la espiritualidad y la devoción católica.
Cabe citar que, durante la dominación colonial española, se desarrolló una pintura principalmente religiosa, destinada a cristianizar a los pueblos indígenas. Los pintores locales tenían como modelo las obras españolas, que seguían de forma literal en cuanto a tipos e iconografía. Los modelos más frecuentes fueron los ángeles arcabuceros y las vírgenes triangulares, sin embargo, no fue hasta los primeros años del siglo XIX, ya en tiempos de la independencia y apertura política de algunas de las colonias, varios artistas comenzaron a representar un nuevo modelo de pintura con una identidad propia.