Escuela italiana; último cuarto del s. XVII.

Escuela italiana; último cuarto del siglo XVII.
“Alegoría de la música”.
Óleo sobre lienzo.
Procedencia: Colección privada de Venecia.
Medidas: 44 x 35 cm.
En esta escena el autor nos presenta en primerísimo plano y de un modo monumental a dos personajes. Una joven dama, de piel nívea y belleza clásica, sostiene en su mano una partitura con el IV acto, escena V de Atys de Jean Baptiste Lully. Su boca entreabierta indica que la joven está interpretándola, además está idea queda reforzada por el personaje que se sitúa justo detrás y que mira directamente al espectador. Este lleva uno de sus dedos a los labios, implorando así con su gesto silencio al espectador de un modo directo. Las pinturas alegóricas surgieron desde la edad media con la intención de exaltar las cualidades y las situaciones de la vida. Este tipo de retratos fueron utilizados para exaltar las cualidades de un personaje en concreto, como por ejemplo reyes, o personalidades reconocidas, aunque en este caso concreto el artista trata de representar las artes en concreto la música que evidentemente asocia con la belleza y la juventud como conceptos eternos e inmutables. De hecho, durante el neoclasicismo esta corriente volvió a estar en boga. En este caso en concreto no se trata de un personaje reconocido, sino que el pintor ha querido reflejar el concepto inicial del uso de la alegoría en el arte pictórico.
En cuanto a la estética cabe destacar que la monumentalidad de las figuras, el tratamiento pictórico, con una pincelada precisa que se desdibuja deliberadamente en zonas como el cabello o la vestimenta de la joven para aportar mayor volumen y calidad a las texturas, nos indican que se trata de una obra con clara influencia de la escuela italiana. Además, en el caso del personaje secundario que invade la escena, se puede apreciar una herencia cercana al tenebrismo, no solo en la calidez de su rostro y el contraste lumínico que ejercen las sombras sobre su faz, sino también en el propio modelo cuyo gesto revela un cierto gusto por la picaresca, tan en boga durante el citado periodo.