Louis Bourgeois

LOUIS BOURGEOIS (París, 1911- Nueva York, 2010).
“Les fleurs”, 2009.
Serigrafía sobre papel. Ejemplar 161/175.
Firmado y justificado a lápiz. Presenta al dorso dedicatoria y número de referencia “LB017”.
Medidas: 28 x 21,6 cm.
En 2009, Louise Bourgeois creó una serie de grabados con motivos florales rojos añadidos a mano con gouache y grafito como regalo navideño para sus amigos íntimos. Como parte de sus últimas obras, explora los temas de la naturaleza, la feminidad y la expresión emocional. La obra presenta motivos florales representados con el estilo distintivo de Bourgeois, en el que las flores aparecen delicadas y firmes a la vez, capturando el crecimiento, la decadencia, la belleza y la fugacidad. Las flores simbolizan los aspectos nutritivos y delicados de la naturaleza, así como las complejidades de la feminidad, transmitiendo narrativas psicológicas más profundas sobre los ciclos vitales, la memoria y la historia personal.
Louise Bourgeois creció cerca de París, donde sus padres tenían un negocio de restauración de tapices. Su infancia estuvo marcada por una complicada relación con su padre, que engañó a la madre de Bourgeois con la niñera británica. Esta experiencia traumática la persiguió durante toda su vida y fue la principal fuente de inspiración de su arte. ?Tras cursar estudios de matemáticas, Bourgeois asistió a varias escuelas de arte de París. En 1938 se casó con el historiador del arte neoyorquino Robert Goldwater (1907-1973) y se trasladó a Nueva York, donde tuvo tres hijos. Al principio, Bourgeois se centró en la pintura y el grabado. No fue hasta finales de la década de 1940 cuando empezó a trabajar como escultora. Sin embargo, su escritura casi obsesiva, así como el dibujo, siguieron siendo siempre formas centrales de expresión. Tras la muerte de su padre en 1951, se dedicó intensamente al psicoanálisis. ?Bourgeois varió las proporciones y los materiales inusuales de su obra tanto como sus formas, que oscilaban entre la abstracción y la figuración. Emociones fuertes como la soledad, los celos, la ira y el miedo constituyen el hilo conductor de toda su obra.
La primera gran retrospectiva de la obra de Bourgeois se celebró en el Museo de Arte Moderno de Nueva York cuando tenía 70 años. Posteriormente, creó sus monumentales esculturas de arañas y las famosas y extrañas «Celdas», estructuras que animaba con muñecos de tela colgantes y otros objetos. El arte era su medio para superar el pasado y practicar una especie de exorcismo.