Autómata de Gustave Vichy

Autómata de GUSTAVE VICHY (París, 1839-1904).
“Botones”.
Cabeza y manos en papel maché.
Ropajes originales.
Presenta marcas de uso, desgaste, suciedad y algún desperfecto.
Movimiento mecánico en la boca, los ojos, el cuello y el brazo derecho.
Urna acristalada con cinco bombillas en su interior en funcionamiento.
Medidas: 135 x 50 x 47 cm (figura); 200 x 70 x 73 cm (urna).

Muñeco autómata del francés Gustave Vichy representando a un botones de un hotel. El sonriente mozo sostiene en su mano izquierda una carpeta en la que se pueden introducir documentos. Con el brazo izquierdo los saca ya que tiene una ventosa en su mano derecha. Destaca el cuidado uniforme, atento al detalle (con mucha probabilidad confeccionado por la propia mujer de Vichy), según la moda de la época: camisa roja ajustada con hilera de botones en dorado y ribetes en los puños, en los cuellos y en el frontal; pantalones de pinza; sombrero cilíndrico a conjunto y zapatos lustrados con cordones. El conseguido verismo del autómata dan cabida de la importancia de esta profesión en las postrimería del siglo XIX cuando un botones reflejaba el estándar de lujo del hotel en el que trabajaba.

Gustave Vichy fue hijo de un relojero parisino que, junto a su mujer, fundó la empresa Vichy en 1862 con el objetivo de construir y vender relojes, objetos mecánicos y juguetes. Cuatro años más tarde, con tan solo 23 años, Gustave se hizo cargo de la empresa y dedicó su tiempo casi por completo al desarrollo de autómatas mientras su esposa María Teresa Burger, costurera de profesión, vestía las figuras siguiendo la moda del momento. La empresa Vichy prosperó notablemente en París entre 1860 y 1910, una época que se conoció como la "Edad de Oro de los Autómatas". Gustave tuvo un gran éxito produciendo autómatas publicitarios y uno de sus modelos ganó el Gran Premio de la Gran Exposición de 1900, el único galardón otorgado a autómatas o juguetes mecánicos. En 1904 la familia vendió el negocio a August Triboule, un antiguo trabajador. Bajo el control del nuevo propietario, la fábrica pronto se declaró en quiebra.

Los muñecos autómatas son figuras mecánicas que imitan la vida de la época, a veces en tono de parodia. Tienen complejos movimientos que les permiten hacer distintas cosas una vez se les da cuerda, como bailar, tocar instrumentos musicales o incluso fumar. No se trataba de juguetes destinados a los niños, sino que eran piezas de colección atesoradas por un público adulto. Su movimiento se conseguía gracias aun mecanismo de cuerda que movía las cabezas, manos y piernas ocultos entre los vestidos, y conectados con un dispositivo musical de uno o varios cilindros. Frente a lo sofisticado de los rostros y manos de los autómatas (realizados por empresas especializadas en el material biscuit, siendo Jumeau la que realizaba las cabezas de mayor calidad, aunque también trabajaron para los fabricantes de automatismos otras marcas francesas y alemanas, como Simon & Halbig), los cuerpos ocultos por los vestidos eran toscos. Como curiosidad cabe mencionar que generalmente los vestidos eran realizados por familiares de los propios dueños de las empresas (como el caso de Marie Thérèse Burger, esposa de Gustave Vichy, que se encargaba en muchos casos de confeccionar ella misma el vestuario).