CARLO BUGATTI (Milano,Italia, 1856-1940, Molsheim, Francia).
Gran armario.
Madera, hueso, cobre y vitela.
Se puede expedir certificado.
Sin fondo trasero.
Medidas: 310 x 176 x 37 cm.
La producción más creativa y exótica de Bugatti venía realizada a petición de una exigente clientela que amaba el nuevo gusto de cambio de siglo, siendo este gran armario un fiel ejemplo de ello. Esta pieza es, además, un claro representante del "estilo Bugatti", donde el gusto orientalista o “maroquinerie”, muy en boga en el primer decenio del 1900, enriquece absolutamente toda la pieza. Mediante un comedido trabajo de artesanía y diseño, el artista milanés logra convertir esta pieza de decoración en un absoluto objeto de lujo de curiosa apariencia exótica y vistosa. Las formas utilizadas evocan el estilo morisco, desde el uso del arco de herradura y las patas que simulan columnas, hasta el trabajo de ornamentación de formas geométricas y naturalistas mediante incrustaciones de cobre y hueso. El frente, decorado con garzas al vuelo sobre vitela, traspasa la frontera morisca para adentrarse en la estética oriental.
Carlo Bugatti, desde joven muestra sus dotes creativas y artísticas, por lo que fue inscrito por su padre en la Academia de Brera, donde conoció al artista Giovanni Segantini, y, posteriormente, asistió a l'Ecole de Beax-Arts de París. Posteriormente, a finales de la década de 1970, Bugatti trabajó para el ebanista Mentasti, propietario del Piccolo Stabilimento di Lavorazione del Legno en la Via San Marco de Milán. A partir de 1888 se tiene constancia de un taller Bugatti en Via Castelfidardo 6, en Milán. Ese mismo año, Carlo se estableció como ebanista en la Exposición Italiana de Londres. Sus muebles son únicos, ya que utilizan maderas preciosas, así como marfil, cobre, nácar, camello y piel de gamo. Estas creaciones eran especialmente apreciadas y armonizaban bien con el gusto exótico y morisco típico de la época. Ya en 1890, el famoso ebanista había abierto un estudio-taller en París, donde, en la Exposición Universal de 1900, sus muebles fueron premiados marcando el triunfo internacional del Art Nouveau.
Instalado en París en 1903, conoció al marchante de arte y fundidor Adrien A. Hèbrard (1865-1937), quien le convenció para que se dedicara a la escultura, encargándole objetos y adornos, entre ellos un bestiario fantástico que Hèbrard expuso en su galería en 1907. Tras dejar París en 1910, Bugatti se trasladó a Pierrerfonds, en el Oise, donde llegó a ser alcalde. Los últimos años de su vida estuvieron marcados por acontecimientos dramáticos, como el suicidio de su hijo Rembrandt en 1916, la muerte de su hija Deanice y finalmente la de su esposa Teresa. En 1935 decidió trasladarse a Alsacia, a Molsheim, donde su hijo Ettore había abierto la famosa fábrica de coches Bugatti y donde murió en abril de 1940. Actualmente su obra está representada en el Museo de Orsay o en el Metropolitan de Nueva York, entre otras importantes instituciones.