Pablo Picasso

PABLO PICASSO (Málaga, 1881 – Mougins, Francia, 1973).
“La sirene definitive”, ca. 1907.
Dibujo a tinta sobre papel.
Firmado.
Medidas: 19 x 13 cm; 43 x 37 cm (marco).

Estos cuatro dibujos originales de Picasso, firmados y cobijados bajo el título en francés "La sirene definitive" son magníficos bocetos en los que el genio malagueño parece haber encontrado su "imagen definitiva" en lo que al personaje mitológico se refiere: un busto femenino con el rostro de perfil y el pecho reducido a un círculo, una cabellera agitada por el viento y las alas plegadas. Su referente es Homero, quien describe a las sirenas como pájaros con rostro de mujer. El estilo lineal y ágil que ostentan los dibujos de Picasso es inimitable. Dan la impresión de ser hechos de un solo trazo, sin levantar la pluma o el bolígrafo del papel. Las posturas hieráticas de las efigies y el desempeño de un trazo unilineal son idénticos a los de un dibujo de sirena fechado en 1907, que figuraba en el reverso de una tarjeta de visita de Montmartre. El dibujo fue un regalo de Picasso a Guillaume Apollinaire, su amigo íntimo que le había pedido que ilustrara su primera colección de poemas publicada, "Le Bestiaire ou Cortège d'Orphée". Para dicho bestiario, Picasso llevó a cabo numerosos dibujos unilineales como el que nos ocupa. Estas sirenas son ejemplos virtuosos del estilo gráfico unilineal que Picasso estaba desarrollando en esos años. Su pluma se mueve con fluidez en una línea única e ininterrumpida, sin despegarse de la superficie del papel, como si dibujara en el espacio, para lograr una claridad figurativa pura y lírica. Apollinaire le propuso realizar ilustraciones xilográficas, y llegaron a hacer un polluelo y un águila, pero el proyecto quedó interrumpido porque Picasso quedó absorbido por su obra "Les demoiselles d'Avignon". Al final, Apollinaire tendría que usar las xilografías de Raoul Dufy.

"La Sirène Définitive" también se inscribe dentro del interés picassiano por reinventar los mitos clásicos con su inconfundible lenguaje gráfico, fusionando la sensualidad femenina con un simbolismo inquietante y poderoso.

Creador del cubismo junto con Braque, Picasso supuso un punto de inflexión en la historia del arte. Inicia sus estudios en 1895, en la Escuela Provincial de Bellas Artes de Barcelona, y tan sólo dos años después realiza su primera muestra individual, en el café “Els Quatre Gats”. Tras varias estancias cortas en París, Picasso se instala definitivamente en la capital francesa en 1904. Tras sus periodos azul y rosa, desarrollados en los primeros años del siglo, el pintor inicia sus ensayos geometrizantes en 1906, durante una estancia en Lleida. Un año después empieza a pintar “Las señoritas de la calle Avinyó”, y en 1909 entra en contacto con Braque y se inicia su periodo cubista. Durante la segunda década desarrolla su etapa clásica, y realiza sus famosos decorados para los ballets rusos de Diaghilev. En 1936 es nombrado director del Museo del Prado por el Gobierno de la República Española, y un año más tarde pinta el “Guernica”. El definitivo reconocimiento internacional llegará en 1939, a raíz de la retrospectiva que le dedica el MOMA de Nueva York. Durante las décadas siguientes se le dedicarán muestras antológicas por todo el mundo, en Roma, Milán, París, Colonia y Nueva York, entre otras muchas ciudades. Está representado en los museos más importantes de todo el mundo, como el Metropolitan, el MOMA y el Guggenheim de Nueva York, el Hermitage de San Petersburgo, la National Gallery de Londres o el Reina Sofía de Madrid.