PABLO PICASSO (Málaga, 1881 – Mougins, Francia, 1973).
“Sala Gaspar 1960”, 1961.
Pastel sobre cubierta litográfica.
Todos los toques de color son del artista. Intervenido casi en su totalidad.
Fechado al dorso.
Medidas: 25 x 39 cm; 62 x 79 cm (marco).
Este cartel litográfico, diseñado por Pablo Picasso y producido en 1960, es un ejemplo vibrante del genio creativo y experimental del artista. La composición está dividida en dos secciones: a la izquierda, un espacio dominado por trazos de color azul intenso, aplicados en líneas enérgicas atravesadas por líneas amarillas, creando un contraste que resalta la espontaneidad del diseño. En el lado derecho, se observa una explosión de color y tipografía gestual: palabras como "Sala Gaspar", "Barcelona", "Pinturas", y la fecha "Noviembre-Diciembre 1960" se mezclan con manchas y trazos de colores vivos —rojo, verde, negro, azul y amarillo—, que rodean el nombre "Picasso", colocado en el centro con una caligrafía audaz.
El cartel no solo es una obra publicitaria, sino también un manifiesto visual que refleja la relación estrecha entre Picasso y la Sala Gaspar, ubicada en Barcelona. La sala fue un espacio fundamental en la difusión de la obra de Picasso durante la segunda mitad del siglo XX, actuando como un puente entre el artista y el público español. Este cartel también ilustra cómo Picasso concebía el diseño gráfico como una extensión de su práctica artística, tratándolo con la misma intensidad creativa que sus pinturas y dibujos. Su intervención directa en el uso de colores y la energía gestual de las líneas elevan este cartel más allá de su función inicial, transformándolo en una obra de arte autónoma. En términos históricos, este tipo de colaboración resalta la importancia de los espacios culturales como la Sala Gaspar, que contribuyeron a consagrar a Picasso no solo como un genio universal del arte, sino también como una figura clave en el arte moderno en España.
Creador del cubismo junto con Braque, Picasso inicia sus estudios artísticos en Barcelona, en la Escuela Provincial de Bellas Artes (1895). Tan sólo dos años después, en 1897, Picasso realiza su primera muestra individual, en el café “ElsQuatreGats”. París se va a convertir en la gran meta de Pablo y en 1900 se traslada a la capital francesa por un breve periodo de tiempo. Al regresar a Barcelona, empieza a trabajar en una serie de obras en la que se observan las influencias de todos los artistas que ha conocido o cuya obra ha visto. Es una esponja que lo absorbe todo pero no retiene nada; está buscando un estilo personal. Entre 1901 y 1907 se desarrollan la Etapa Azul y la Etapa Rosa, caracterizadas por el uso de esos colores y por su temática con figuras sórdidas, aisladas, con gestos de pena y sufrimiento. La pintura de estos años iniciales del siglo XX está viviendo continuos cambios y Picasso no puede quedarse al margen. Se interesa entonces por Cézanne, y partiendo de su ejemplo va a desarrollar una nueva fórmula pictórica junto a su amigo Braque: el cubismo. Pero Picasso no se queda ahí y en 1912 practica el collage en la pintura; a partir de este momento todo vale, la imaginación se hace dueña del arte. Picasso es el gran revolucionario y cuando todos los pintores se interesan por el cubismo, él se preocupa por el clasicismo de Ingres. El movimiento surrealista de 1925 no le coge desprevenido y, aunque no participa abiertamente, le servirá como elemento de ruptura con lo anterior, introduciendo en su obra figuras distorsionadas con mucha fuerza y no exentas de rabia y furia. Igual que ocurre con Goya, a Picasso también le influye en gran medida la situación personal y social a la hora de trabajar. Sus relaciones con las mujeres, frecuentemente tumultuosas, van a afectar seriamente a su obra. Sin embargo, lo que mayor impacto tuvo en Picasso fue el estallido de la Guerra Civil española y el bombardeo de Guernica, que provocó la realización de la obra más famosa del arte contemporáneo. París fue su refugio durante mucho tiempo, pero los últimos años de su vida los pasó en el sur de Francia, trabajando en un estilo muy personal, con vivos colores y formas extrañas. Picasso está representado en los museos más importantes de todo el mundo, como el Metropolitan, el MOMA y el Guggenheim de Nueva York, el Hermitage de San Petersburgo, la National Gallery de Londres o el Reina Sofía de Madrid.