JOAQUÍN PEINADO (Ronda, Málaga, 1898 – París, 1975).
“Bodegón”, 1962.
Dibujo a bolígrafo sobre papel.
Firmado y fechado en el ángulo inferior derecho.
El cristal presenta manchas.
Medidas: 36 x 28,5 cm; 42,5 x 33 cm (marco).
Joaquín Ruiz-Peinado Vallejo fue un pintor cubista, sucesor de Cézanne e hijo espiritual de Picasso, fue uno de los más destacados representantes de la Escuela Española de París. Ingresó en 1918 en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, y durante los años siguientes se convertirá en discípulo de Cecilio Plá y Julio Romero de Torres, y será becado durante tres cursos en el Monasterio de Santa María de El Paular, obteniendo en 1922 el Premio de Pintura de El Paular. En 1923, una vez finalizados sus estudios, marcha a París, donde se establecerá de forma permanente. Allí acudirá a las clases que se imparten en las academias Ranson, Colarossi y La Grande Chaumière, al tiempo que se interesa por la pintura cubista, estética que personalizará y mantendrá en sus obras. Asimismo, en 1924 mostró su obra en los Salones de los Indépendants, Surindépendants y de Otoño. No obstante, desde la ciudad del Sena continúa formando parte de la vida artística española, participando en la mítica Primera Exposición de la Sociedad de Artistas Ibéricos en 1925, e ilustrando las revistas “Litoral”, “Gallo” y “La Gaceta Literaria”, así como “La flor de California” (1928) de José María Hinojosa. Asimismo, en 1926 obtuvo el Premio de Pintura de la Diputación de Málaga. Tres años después, en 1929, participará en dos importantes muestras de arte de vanguardia en España: la Exposición de Pinturas y Esculturas de Españoles Residentes en París, en el Jardín Botánico de Madrid, y la Exposición Regional de Arte Moderno, en la Casa de los Tiros de Granada. También mantuvo relación con las artes escénicas, como otros artistas de la época, participando en las películas “Un perro andaluz” (1929) y “La edad de oro” (1930), de su amigo Buñuel, o como escenógrafo y dibujante de “Carmen”, de Feyder (1925). Asimismo, en 1926 participará en la representación de “El retablo de Maese Pedro” de Falla en Ámsterdam junto a Buñuel, Cossío, Viñes y Ángeles Ortiz. Con el tiempo, su trayectoria artística le llevaría a ocupar un puesto destacado dentro de la Escuela de París; será director de la Sección de Pintura de la Unión de Intelectuales Españoles y posteriormente vicepresidente de la misma, y la UNESCO le nombrará delegado de la Sección de Pintores Españoles de la Escuela de París. Asimismo, en 1946 fue uno de los organizadores de la exposición “Arte de la España Republicana. Artistas españoles de la Escuela de París”, celebrada en Praga y, por su enorme éxito, más tarde también en Brno. Desde esa fecha serán frecuentes sus exposiciones internacionales, tanto individuales como colectivas, siendo agrupado dentro del mejor arte francés de la época. Sin embargo, no será hasta 1969 cuando se realice una retrospectiva de su obra en España; organizada por la Dirección General de Bellas Artes y celebrada en el Museo de Arte Español Contemporáneo de Madrid, esta muestra consagrará su figura en nuestro país. De hecho, ese mismo año es nombrado miembro de la Real Academia de San Telmo de Málaga. Actualmente su obra está ampliamente representada en el museo que lleva su nombre en Ronda, así como en la colección Unicaja y otras muchas colecciones tanto públicas como privadas.