Mario Granell

MARIO GRANELL (A Coruña, 1915-Vigo 1991).
“Personaje sentado”, 1957.
Tinta sobre papel.
Firmado y fechado en el ángulo inferior derecho.
Medidas: 31 x 20 cm; 42 x 31 cm (marco).
Granell pasó su infancia en Santiago, donde inició sus estudios de pintura con el muralista Camilo Díaz Baliño, realizando sus primeras exposiciones individuales a los catorce años, en Santiago y Pontevedra. En 1929 recibió su primer premio de pintura en una exposición colectiva en Vilagarcía, donde estaban, entre los miembros del jurado, Carlos Maside y Fermín Bouza-Brey. El traslado de su familia a Madrid en el año 1930, en plena gestación de la II República, coincidió con el renacimiento del arte español. Su vocación aumentó gracias a las tertulias de los miembros de la generación del 27 y a compartir exposiciones con alguno de ellos, como Rafael Alberti. También le influyó el acceso a las revistas como la francesa Minotaure, a través del orensano Cándido Fernández Mazas. El estallido de la Guerra Civil sorprendió a Mario Granell en Vilagarcía, donde se escondió unos días. Tras intentar escapar en una barca desde la playa de Bens, fue sometido a un consejo de guerra que le condenó a cadena perpetua. En la cárcel ilustró libros infantiles como Emar, Marsa y Sorom u Olguita. Finalmente, en 1942 salió de la cárcel y, una vez libre, encaminó su trayectoria hacia el muralismo, la decoración, el cartelismo y la escenografía. En 1957 se marchó a Venezuela, donde continuó con su obra artística, realizando numerosas exposiciones y ganando varios premios. Durante algún tiempo fue el pintor exclusivo de la Galería Aurora de Caracas. Mario Granell ha sido pintor y poeta. Inscrito, como su hermano Eugenio, en la esfera surrealista y el volumen, pero la representatividad y proyección de su obra plástica han sido notablemente menor. Forma parte de la historia de la intelectualidad gallega del siglo XX desde una amplia óptica vinculada a la creatividad: ha escrito, pintado y dibujado desde una posición vinculada al nacionalismo. Destacó sobre todo en el ámbito del dibujo y del diseño gráfico. Para algunos críticos es un artista encuadrado en el surrealismo, para otros su obra es inclasificable, por su estilo tan personal, cargado de una gran fuerza imaginativa, que incluso llegó a calificarse como "granellismo".