Escuela española; siglo XIX.
“El príncipe Baltasar Carlos de Austria”.
Óleo sobre lienzo reentelado en arpillera.
Posee marco de época.
Medidas: 21 x 17 cm; 36 x 31 cm (marco).
Esta pieza sigue los modelos de la pintura del príncipe Baltasar Carlos atribuida de Velázquez y taller, que actualmente pertenece a la colección del Museo del Prado de Madrid. La obra destaca por su calidad psicológica, mostrando a un joven que apenas cuenta con once años, de expresión inteligente y férrea, acorde al rango que ostenta como futuro heredero de la corona. Cabe citar que el protagonista, Baltasar Carlos de Austria (Madrid, 1629- Zaragoza, 1646), hijo del Rey Felipe IV y su primera consorte; Isabel de Francia, murió prematuramente. Debido a su inesperada muerte Felipe IV, quedo sin un heredero varón, desencadenando así una grave crisis dinástica, al quedar como única heredera al trono la infanta María Teresa.
Velázquez realizó numerosas obras protagonizadas por el heredero Baltasar Carlos, continuando la tradición su yerno, Juan Bautista Martínez del Mazo. Este tipo de retratos se popularizaron, en gran medida debido a las relaciones políticas de la casa Habsburgo que utilizaban estas obras tanto en el ámbito intimo familiar, como en el diplomático. De hecho, un claro ejemplo de la proliferación de estos retratos de corte, se reflejó en la exposición realizada por el Museo del Prado; Velázquez: y la familia de Felipe IV en el año 2014. Dicha muestra aunaba una gran cantidad de retratos que hacían gala del aumento de la demanda de este tipo de obras, provocada por el nacimiento de los infantes y la llegada de una nueva reina. Demostrando así, como ambos hechos desembocaron la multiplicación de la retratística de corte y la continuación de dicha labor, por diversos artistas como, por ejemplo, el ya citado, Juan Bautista Martínez del Mazo y Juan Carreño.