Escuela flamenca del siglo XVIII.
“Paisaje con figuras”.
Procedencia: Piso palacete perteneciente a una familia de la burguesía catalana de larga tradición.
Óleo sobre lienzo. Reentelado.
Presenta ligeras pérdidas.
Este lote hace conjunto con el 35353924.
Medidas: 55 x 72 cm; 77 x 94 cm (marco).
Como otros géneros que adquieren gran popularidad durante el siglo XVII en Flandes, el de paisaje tiene sus raíces en la tradición pictórica de los Países Bajos del siglo XV. Los paisajes de fondo de las obras religiosas de Van Eyck, de Bouts o de van der Goes ocupan en ellas un lugar mucho más importante como elemento artístico que el ocupado por el paisaje en la pintura italiana de la misma época. En lo que respecta a la representación de la narrativa, el paisaje de los primitivos flamencos juega un papel esencial, no sólo como entorno natural de los personajes sino para separar y ambientar los diversos episodios de la historia narrada en la obra. En cuanto a la imitación de la naturaleza, los pintores flamencos del siglo XV procuran representar de forma verosímil en los paisajes de sus pinturas religiosas los campos y ciudades de su país natal, detallar su flora con precisión botánica y hasta dar idea de la hora del día y la estación del año en que transcurre la escena. Ese especial interés por la representación del paisaje se acrecienta según avanza el siglo XVI, cuando se desarrolla y populariza un nuevo tipo de paisaje para las escenas sacras: la vista panorámica. Muy pronto, sin embargo, sería la representación del paisaje en sí lo que habría de recibir atención de los pintores y, por supuesto, del público. En las vistas panorámicas de Joachim Patinir y sus seguidores se invierten los papeles: el asunto religioso es una excusa para el paisaje. En estos cuadros el paisaje se independiza completamente de toda narrativa, y es esta la dirección que habrían de seguir los pintores flamencos y holandeses de finales del siglo XVI y principios del XVII, momento en que la pintura de paisajes adquiere gran popularidad en los Países Bajos y empiezan a proliferar los especialistas en el género. Gillis van Coninxloo, Paul Bril, Jan Brueghel el Viejo y Joos de Momper son los paisajistas más distinguidos de la transición del siglo XVI al XVII, y cada uno de ellos le imprime a su visión del paisaje un sello muy personal.