Escuela mallorquina; siglo XVII.
“Bodegón de dulces”.
Óleo sobre lienzo. Reentelado.
Presenta repintes y restauraciones sobre la superficie pictórica.
Medidas: 80 x 98,5 cm.
Sobre una mesa, se muestran dispuestos en un cierto orden, paralelo a la base del lienzo, diversos dulces: un cestillo de mimbre rebosando barquillos muy similar al de la pintura “Dulces y frutos secos sobre una mesa”, realizado por Yepes entre 1600-1635 (actualmente en la colección del Museo del Prado), dos cajas cilíndricas de madera, de las que solían con- tener jaleas, de hecho queda potenciado con un tarro de cristal que contiene miel, situado sobre ellas, una copa de vidrio, un plato metálico con dos trozos de turrón, otro, más pequeño, con confites que rebosan el plato, otro con grandes rosquillas de azúcar, y churros además de un bollo sobre un papel. Todos los motivos que comparecen, son frecuentes en los bodegones de Tomás Yepes, por lo que la obra puede considerarse una pintura que sigue el estilo del maestro valenciano, de hecho la en la exposición Colección Pedro Masaveu. Floreros y bodegones. Mº BB. AA. de Asturias, Oviedo, julio-octubre 1997, comisariada por: A.E. Pérez Sánchez, se presentó una pintura muy similar a la presente, atribuida a un seguidor de Yepes.
La escuela mallorquina de naturalezas muertas evidencia una fuerte influencia de la valenciana, si bien contó con personalidad propia y debió gozar de una cierta importancia, dada la cantidad de obras que han llegado hasta nuestros días. Se desarrolló principalmente desde finales del siglo XVII y durante el XVIII, a partir de la aparición de la figura de Guillermo Mesquida (1625-1747), que elevará el nivel de la pintura mallorquina.