Reloj Carlos X; Francia. c. 1820.
Bronce dorado.
Medidas: 44,5 x 38 x 10 cm.
Reloj de sobremesa realizado en bronce dorado decorado en la base con relieves de palmetas y follaje. Sobre ella se encuentran en bulto redondo las figuras de Zephir y Chloris y entre ellos una cornucopia coronando el podio donde se encuentra la esfera esmaltada en blanco con números romanos de color negro.
Los relojes de bronce de sobremesa del siglo XIX fueron piezas clave en la decoración y el diseño de interiores, además de símbolos de estatus social y refinamiento. Elaborados con gran detalle y a menudo adornados con motivos artísticos, estos relojes no solo servían para medir el tiempo, sino que también reflejaban los avances técnicos y el gusto por la artesanía fina de la época. El bronce, un material duradero y estéticamente apreciado, permitía la creación de formas complejas y elegantes, integrando estilos como el neoclásico o el rococó, lo que los convertía en objetos altamente valorados en las residencias de la alta sociedad.