Reloj de sobremesa Carlos X; Francia, c. 1830.
Bronce dorado al mercurio y mármol verde antico.
Posee suspensión de hilo de seda.
Conserva péndulo y llave.
Presenta desgastes en la esfera, restauración en una de las esquinas y rotura del mármol en la zona trasera.
Firmado Christophle à Paris (maquinaria).
Medidas: 76 x 54 x 21 cm.
Reloj de sobremesa en el que se representa la figura del emperador ataviado con el uniforme de general romano. En contraposición se nos muestra a Justiniano en actitud pensativa, para destacar su perfil intelectual. El rostro es muy expresivo, y se ha realizado un estudio del cabello muy detallado. En el zócalo, de mármol, se han dispuesto las armas del Imperio.
Los relojes de bronce de sobremesa del siglo XIX fueron piezas clave en la decoración y el diseño de interiores, además de símbolos de estatus social y refinamiento. Elaborados con gran detalle y a menudo adornados con motivos artísticos, estos relojes no solo servían para medir el tiempo, sino que también reflejaban los avances técnicos y el gusto por la artesanía fina de la época. El bronce, un material duradero y estéticamente apreciado, permitía la creación de formas complejas y elegantes, integrando estilos como el neoclásico o el rococó, lo que los convertía en objetos altamente valorados en las residencias de la alta sociedad.