Reloj estilo Luis XVI. Francia, tercer cuarto del siglo XIX
Bronce dorado y patinado. Esfera de porcelana pintada a mano, esmaltada.
Con suspensión Brocot
Firmado en la esfera: “Dubuc Jeune à Paris”
Conserva péndulo y llave
Presenta faltas.
Medidas: 48 x 31 x 12 cm.
Este es un reloj de mesa de estilo neoclásico, decorado con una figura infantil y un perro. La pieza está elaborada principalmente en bronce dorado, lo que le da un acabado dorado brillante y opulento. En la parte superior, hay una figura de un niño vestido con túnica, sosteniendo lo que parece ser una pequeña herramienta o palo en la mano derecha. Junto a él, un perro de color oscuro está representado con una correa alrededor de su cuello, siguiendo al niño. La expresión del niño y su postura reflejan un momento dinámico, como si estuvieran caminando o jugando juntos.El reloj en sí tiene una carátula blanca, con números romanos en negro para marcar las horas y agujas decorativas en dorado. La carátula está enmarcada en un borde ornamentado, cubierto por un dosel con pliegues y borlas, que le da un aire teatral o de escenario.
La base del reloj es sólida y rectangular, con patas decorativas en cada esquina. Además, tiene detalles florales o de guirnaldas en la parte frontal, enfatizando aún más el estilo decorativo y detallado característico de la época neoclásica.
Los relojes de bronce de sobremesa fueron piezas clave en la decoración y el diseño de interiores, además de símbolos de estatus social y refinamiento. Elaborados con gran detalle y a menudo adornados con motivos artísticos, estos relojes no solo servían para medir el tiempo, sino que también reflejaban los avances técnicos y el gusto por la artesanía fina de la época. El bronce, un material duradero y estéticamente apreciado, permitía la creación de formas complejas y elegantes, integrando estilos como el neoclásico o el rococó, lo que los convertía en objetos altamente valorados en las residencias de la alta sociedad.