Reloj Luis Felipe con guarnición. Francia, c. 1840
Bronce dorado. Números de la esfera en porcelana pintada a mano, esmaltada.
Con suspensión del péndulo en hilo de seda
Firmado en el bronce: “Thomire et Cie”, firmado en la maquinaria: "De la Combe / Horloger / à Paris"
Conserva péndulo y llave
Presenta faltas en la porcelana.
Medidas: 70 x 36 x 36 cm; 60 x 42 x 25 cm (reloj)
Guarnición realizada en bronce dorado que se compone de dos candelabros de seis luces y un reloj de sobremesa realizado por Pierre-Philippe Thomire y su taller, caracterizado por un trabajo minucioso y detallado del bronce con decoraciones exuberantes. El conjunto es ornamentado y simétrico, con motivos alegóricos y detalles que evocan el estilo rococó tardío o el temprano estilo neoclásico, ambos populares durante el apogeo de Thomire en la Francia napoleónica. El reloj central presenta una figura escultórica, probablemente mitológica, sobre un pedestal decorado con querubines y patrones florales que son característicos de las decoraciones de lujo de la época. Los candelabros a ambos lados presentan elementos similares, con figuras y volutas estilizadas, simbolizando la sofisticación y elegancia que Thomire aportó a sus diseños.
Thomire fue clave en la popularización del bronce dorado como un elemento decorativo en el diseño de interiores y objetos de lujo. Su estilo, lleno de detalles mitológicos y alegóricos, fue una continuación y evolución del rococó hacia el neoclásico y el estilo Imperio. Trabajando con el bronce dorado, Thomire logró integrar la escultura y la funcionalidad, dotando a los objetos cotidianos, como relojes y candelabros, de una calidad artística y simbólica elevada.
Este tipo de diseño influenció no solo a la aristocracia francesa, sino también a la europea, y estableció un estándar en la fabricación de objetos de lujo. La técnica de dorado que empleaba, junto con la habilidad de esculpir minuciosos detalles en bronce, establecieron un ideal estético que continuaría durante todo el siglo XIX. La opulencia de sus obras reflejaba el poder y la sofisticación de la época, convirtiendo cada objeto en una muestra de riqueza y estatus social.