Escuela española; siglo XIX.
“Inmaculada”.
Plata repujada y cincelada.
Presenta hundimiento en la zona superior y pérdida de la corona.
Medidas: 36 x 11,5 x 12 cm; 18,5 x 20 x 20 cm (peana).
Esta escultura de plata española del siglo XIX representa a la Inmaculada Concepción y sigue con fidelidad los modelos establecidos por Alonso Cano, evocando un estilo que combina delicadeza y espiritualidad. La figura se alza con gracia sobre una base ornamentada y detallada, reflejando el virtuosismo técnico de los artesanos de la época.
La Virgen está representada en una postura clásica, con las manos juntas en actitud de oración y un rostro sereno que transmite pureza y devoción. Su túnica y manto están ricamente decorados con motivos vegetales grabados en la plata, mostrando una atención minuciosa al detalle que realza su carácter sagrado. La caída de los pliegues del ropaje aporta una sensación de movimiento suave y etéreo.
La escultura se eleva sobre una nube adornada con cabezas de querubines, un elemento característico de las representaciones de la Inmaculada inspiradas por Alonso Cano. Los rostros de los querubines son delicados y expresivos, añadiendo un aire celestial a la obra y destacando la conexión entre la Virgen y lo divino.
La base, ricamente trabajada, combina formas curvas y motivos ornamentales de estilo barroco, lo que subraya la influencia artística de los siglos anteriores, adaptada con la sensibilidad refinada del siglo XIX. Este pedestal no solo aporta estabilidad a la figura, sino que también enmarca la composición con una elegancia solemne.
Esta pieza es un ejemplo de cómo el arte religioso español continuó reinterpretando los ideales canónicos, preservando su riqueza simbólica y estética, mientras se adaptaba a los gustos de la época.