Escuela flamenca; posiblemente FRANS FLORIS (Amberes, Bélgica, 1517 – 1570), finales del siglo XVI.
“Los hebreos recogiendo el Maná”.
Óleo sobre tabla.
Medidas: 48 x 39 cm; 62,5 x 53 cm (marco).
Esta obra representa a los israelitas recogiendo maná en el desierto. La temática parte del relato bíblico Éxodo 16:14-22: «Y cuando el rocío que había caído se desvaneció, he aquí que sobre la faz del desierto había una cosa pequeña y redonda, tan pequeña como la escarcha del suelo. Y viéndolo los hijos de Israel, se dijeron unos a otros: Es maná; porque no sabían lo que era. Y Moisés les dijo: Este es el pan que el Señor os ha dado para comer. Esto es lo que Jehová ha mandado: Recoged de él cada uno según lo que comiere, un ómer por cada uno, conforme al número de vuestras personas; tomad cada uno para los que están en sus tiendas. Y los hijos de Israel lo hicieron así, y recogieron, unos más, otros menos. Y cuando lo midieron con un ómer, al que recogió mucho no le sobró nada, y al que recogió poco no le faltó; cada uno recogió conforme a lo que comió. Y Moisés dijo: Ninguno deje de ello hasta la mañana. Mas ellos no escucharon a Moisés, sino que algunos lo dejaron hasta la mañana, y crio gusanos y hedió; y Moisés se enojó contra ellos. Y lo recogían cada mañana, cada uno según lo que había comido; y cuando el sol calentaba, se derretía. Y sucedió que al sexto día recogieron el doble de pan, dos omers para un hombre; y todos los jefes de la congregación vinieron y se lo dijeron a Moisés”
Las características estilísticas y estética de la obra indican una gran influencia de Frans Floris. Pintor flamenco principalmente conocido por sus pinturas religiosas, de historia y por sus retratos, fue uno de los principales representantes de la pintura del renacimiento en los Países Bajos, en concreto de la conocida como escuela Romanista. Los romanistas generalmente viajaron a Italia, donde estudiaron las obras de los principales maestros del Alto Renacimiento, como Miguel Ángel, Rafael y sus seguidores. Su arte asimiló estas influencias italianas y las introdujo en la tradición pictórica nórdica, dando lugar a un nuevo lenguaje. A día de hoy conservamos pocas noticias documentales acerca de la vida de Frans Floris, si bien contamos con información acerca de su juventud y formación gracias a Karel van Mander, quien le dedica diez páginas de su “Schilder-boeck” (Harlem, 1604), siendo una de las más extensas de la obra. Sus hermanos fueron también destacados artistas. Cornelis fue escultor y arquitecto, responsable del diseño del Ayuntamiento de Amberes, Jacob fue pintor de vidrieras y Jan Floris fue ceramista. Como sus hermanos, Frans Floris inició su formación como aprendiz de escultor, si bien pronto dejó esta disciplina para consagrarse a la pintura. Se instaló en Lieja, donde estudió con el prominente pintor Lambert Lombard, amigo de su hermano Cornelisz y formado con él en Roma en torno a 1538. Más tarde se trasladará a Amberes, centro artístico de la escuela flamenca en este momento, donde alcanzó el grado de maestro de la Guilda de San Lucas entre 1539 y 1540. Animado por Lombard para estudiar en Italia, probablemente viajó a Roma en la temprana fecha de 1541-42. Allí quedó maravillado ante los artistas italianos contemporáneos, especialmente por Miguel Ángel y Rafael, así como por la escultura antigua que descubrió en la ciudad. Posteriormente visitará otras ciudades italianas, incluyendo Mantua y Génova. A su regreso a Amberes, en torno a 1545, abrirá su propio obrador siguiendo el modelo italiano. Van Mander explica que alcanzó un gran éxito, que se le subió a la cabeza y le llevó al alcoholismo. Lo que es cierto es que gozó de una privilegiada situación económica, como prueba el lujoso palacio que diseñó para él su hermano Cornelis. Dentro de su producción destacan por su número las piezas de altar realizadas principalmente con ayuda de su taller, destinadas a las principales iglesias de Amberes. También pintó obras de gran formato para clientes españoles y flamencos, aunque en comparación sólo han sobrevivido hasta el día de hoy unas pocas de sus obras, debido principalmente a la furia iconoclasta desarrollada en Amberes en la segunda mitad del siglo XVI. Su estilo se caracteriza por su limpieza y su fuerza, reflejando el estilo monumental de sus modelos italianos. Su ejecución técnica revela asimismo una mano rápida, un cromatismo luminoso y una maestría a la hora de representar las anatomías que no era frecuente en la escuela flamenca de la época. Su estilo ejerció una importante influencia en su tiempo no sólo gracias a sus numerosos discípulos y seguidores, sino también debido a las numerosas reproducciones de su obra realizadas por grabadores como Jerome Cock, Cornelis Cort o Theodor Galle. A su muerte, el proyecto en el que estaba trabajando (un encargo para la Iglesia española).