MIQUEL BARCELÓ ARTIQUES (Felanitx, Mallorca, 1957).
“Naturaleza muerta con uvas”, 1985.
Óleo sobre lienzo.
-Obra expuesta en la Galería Yvon Lambert, 21 febrero-17 marzo de1987, París.
Presenta al dorso etiquetas de la Galería Galería Yvon Lambert (París) y Lucie Weill-Seligmann (París).
Procedencia: Galería Lucie Weill Seligmann, París (como La Grappe) y Galería Yvon Lambert, París (como Raisin).
Medidas: 51 x 83,5 cm; 73,5 x 107 cm (marco).
Miquel Barceló nos ofrece en esta pintura de 1985 un testimonio claro de su lenguaje visual único, caracterizado por una materialidad intensa y una exploración constante de la naturaleza y sus transformaciones. En la obra, se observa una paleta dominada por tonos terrosos, grises y negros, con texturas ricas que evocan paisajes erosionados o superficies orgánicas en descomposición. La técnica de Barceló, que en esta etapa de su carrera se acerca a la abstracción sin abandonar por completo la figuración, se hace evidente en el tratamiento matérico del lienzo: la pintura parece acumularse, arañarse y desgastarse en distintas zonas, generando una sensación de tiempo y deterioro.
Dos elementos figurativos emergen en la composición: un racimo de uvas, representado con pinceladas densas de negro, y una estructura de líneas que recuerda a un dibujo esquemático o un trazo caligráfico. Estos elementos, aunque parcialmente absorbidos por la textura pictórica, refuerzan la constante exploración del artista sobre la comida, la naturaleza muerta y la fugacidad de los objetos cotidianos.
1985 fue un año crucial en la carrera de Barceló, marcado por una intensa experimentación y viajes que influenciaron su obra. Durante este período, el artista se encontraba explorando la interacción entre la pintura y la materia, un interés que lo llevaría más tarde a sus famosos murales y a sus trabajos en cerámica. Esta obra es un reflejo de esa búsqueda, donde el paisaje, la textura y el deterioro juegan un papel central en la construcción de su imaginario artístico.
Pintor y escultor, Barceló inicia su formación en la Escuela de Artes y Oficios de Palma de Mallorca, donde estudiará entre 1972 y 1973. En 1974 debuta individualmente, con tan sólo diecisiete años, en la Galería Picarol de Mallorca. Ese mismo año se traslada a Barcelona, donde se matricula en la Escuela de Bellas Artes Sant Jordi, y realiza su primer viaje a París. En la capital gala descubrirá la obra de Paul Klee, Fautrier, Wols y Dubuffet, así como el “art brut”, estilo que ejercerá una importante influencia en sus primeras pinturas. Durante estos años lee extensamente, y se enriquece con obras tan diversas como los escritos de Breton y los surrealistas, el “Manifiesto Blanco” de Lucio Fontana o la “Historia Social de la Literatura y el Arte” de Arnold Hauser. En 1976 celebra su primera exposición individual en un museo: “Cadaverina 15” en el Museo de Mallorca, consistente en un montaje de 225 cajas de madera con tapa de cristal, con materiales orgánicos en descomposición en su interior. Ese mismo año, de vuelta en Mallorca, se integra dentro del grupo Taller Lunàtic y participa en sus actos reivindicativos de cariz social, político y cultural. En 1977 realiza un segundo viaje a París, y también visita Londres y Ámsterdam. Ese mismo año expone por primera vez en Barcelona, y conoce a Javier Mariscal, quien será uno de sus mejores amigos en la ciudad. Junto a él y al fotógrafo Antoni Catany participa, como miembro del grupo “Neón de Suro”, en exposiciones en Canadá y California, y colabora con la publicación de la revista homónima. También es en 1977 cuando recibe su primer encargo pictórico de gran formato: un mural para el comedor de un hotel en Cala Millor, Mallorca. Al año siguiente, con veintiún años, vende sus primeras obras a algunos coleccionistas y galerías, y finalmente se traslada a Barcelona. Su reconocimiento internacional se inicia a principios de los ochenta, impulsando definitivamente su carrera a raíz de su participación en la Bienal de São Paulo (1981) y la Documenta de Kassel (1982). En 1986 se le concede el Premio Nacional de Artes Plásticas, y desde entonces su trabajo ha sido reconocido a través de los más destacados galardones, como el Premio Príncipe de Asturias de las Artes (2003) o el Premio Sorolla de la Hispanic Society of America de Nueva York (2007). Barceló está actualmente representado en los museos de arte contemporáneo más importantes del mundo, como el MoMA de Nueva York, el Centre Pompidou de París, el Guggenheim de Bilbao, el Marugami Hirai de Japón, el Reina Sofía de Madrid, el Patio Herreriano de Valladolid, el CAPC de Burdeos, el Carré d’Art de Nimes, el de Arte Contemporáneo de Caracas y el de Bellas Artes de Boston, entre otros.