MIGUEL IBÁÑEZ (Madrid, 1946).
Sin título, 1976.
Óleo sobre tabla.
Firmado y fechado en el ángulo inferior izquierdo.
Medidas: 35 x 41 cm; 45 x 50 cm (marco).
Esta pintura de Miguel Ibáñez, realizada en 1976, presenta un paisaje sereno, probablemente mediterráneo, caracterizado por la interacción entre la arquitectura y la vegetación. En el centro de la composición, destaca un árbol robusto de copa densa, cuyos verdes profundos contrastan con el azul intenso del cielo que domina el fondo.
Las estructuras arquitectónicas, parcialmente ocultas por la vegetación, parecen formar parte de un entorno rural o costero, con paredes blancas y detalles ocres que sugieren la influencia de la luz solar. El uso de tonos terrosos en las sombras y las superficies, junto con pinceladas sueltas y texturadas, transmite una sensación de rusticidad y frescura.
La pintura genera una atmósfera tranquila y contemplativa, invitando al espectador a imaginarse en un rincón apartado, rodeado de naturaleza y edificaciones sencillas. El equilibrio entre los elementos naturales y construidos refleja una búsqueda de armonía en el entorno, característica frecuente en la obra de Ibáñez. La firma en la parte inferior izquierda del cuadro, acompañada de la fecha, añade un toque personal al trabajo, subrayando la autoría y el momento de creación de esta pieza introspectiva.