ORLANDO PELAYO ENTRIALGO (Gijón, 1920 – Oviedo, 1990).
“Pinturas negras”. 1962
Óleo sobre tela.
Firmado en el ángulo inferior derecho.
Medidas: 72 x 59 cm; 89,5 x 76,5 cm (marco).
Pintor y grabador de fama universal, perteneciente a la nueva escuela parisina, Orlando Pelayo pasó sus primeros años entre Badajoz y Albacete. Exiliado en Argelia tras la Guerra Civil, a los veinticuatro años celebra su primera exposición individual, y en 1946 participa, con notable reconocimiento, en una colectiva organizada en el Museo de Orán, en la que figuraron también artistas como Picasso, Matisse y otros grandes pintores contemporáneos. Su fama llegará hasta París, ciudad en la que fija su residencia en 1947, integrándose en la vida artística local. Con un cuadro titulado “L’enfant mort” revalida en París la fama que le había precedido, y desde entonces su obra será admirada en las principales capitales del mundo. Fue premiado en la Bienal de Menton en 1953, y en 1955 se le concedió el Gran Premio Otón Friesz. En años posteriores será galardonado en París, y sus cuadros figurarán en importantes colecciones no sólo en Francia y España, sino también de México, Argelia, Suecia, Israel, Indonesia, Japón, Suiza y Luxemburgo. Su regreso a España fue tardío, cuando las circunstancias políticas lo permitieron. En 1984 fue nombrado Oficial de la Orden de las Artes y las Letras por el Ministerio de Cultura francés, y pocos meses antes de morir fue condecorado con la Medalla de Oro del Principado de Asturias, mientras la comisión del Ayuntamiento de Oviedo de cultura había aprobado su proposición para el Premio Príncipe de Asturias de las Artes. En el Museo Provincial de Bellas Artes de Asturias se halla en exposición permanente una buena muestra de su obra, en total más de cincuenta cuadros donados por el propio artista.