MIGUEL ÁNGEL CAMPANO (Madrid, 1948 - 2018).
Sin título (Ruth y Booz), 1992.
Óleo sobre lienzo.
Presenta etiqueta informativa de la galería Juana de Aizpuru.
Firmado y fechado al dorso.
Medidas: 40 x 30 cm; 43 x 32 cm (marco).
Ruth y Booz fue un tema recurrente en la obra de Campano, de hecho una obra de 1991, fue expuesta en el Palacio de Velazquez Madrid, el mismo año de su realización. Como señala el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía se trata de “obras inspiradas en L´Été de Poussin, que abren formalmente el camino a una nueva manera de asumir el cuadro y el espacio pictórico. El artista genera estructuras de campos de pintura negra sobre fondo neutro, que dominan su producción a mediados de los años noventa. Estas piezas resultan muy abstractas, aparentemente desligadas de contenidos narrativos, la historia desaparece y sólo queda la pintura. Las obras de este periodo se identifican por la extensión de la materia y la voluntad de equilibrio compositivo y poético”.
Según la Biblia, Booz nota a Rut, una joven moabita viuda y pariente suya, recogiendo grano en sus campos. Pronto se entera de sus difíciles circunstancias, así como de su amabilidad y lealtad hacia su suegra, Noemí. Por la noche, siguiendo las instrucciones de Noemí de seducir a Booz, Rut lo visita mientras él duerme y se pone bajo su poder. Más tarde accede a casarse con ella, y su bisnieto es David.
Miguel Ángel Campano es uno de los referentes de la denominada renovación de la pintura española, que tiene lugar en la década de los ochenta y en la que participan también Ferrán García Sevilla, José Manuel Broto, José María Sicilia y Miquel Barceló. En los años 70 se trasladó a París gracias a una beca; el año previsto se convirtió en una estancia de más de diez, allí vivió y desarrolló su brillante carrera pictórica. Luego fue a vivir a Mallorca. En 1980 formó parte de la muestra Madrid DF, en el Museo Municipal de Madrid, junto a varios artistas entre los que se encontraban los mismos que hoy –excepto García Sevilla– le acompañan en el Palacio de Velázquez. Cinco años después fue seleccionado junto a otros compañeros de generación, entonces todos jóvenes pintores, como Miquel Barceló, que ya era una figura destacada, y José María Sicilia, para una exposición colectiva en Nueva York. En 1996 obtuvo el Premio Nacional de Artes Plásticas. Acababa de sufrir un grave derrame cerebral y ser operado en Madrid. Esto le obligó a pasar varios meses sin pintar. Después pintó “solo en negro”, color muy simbólico según sus propias palabras. Tres años después el Museo Reina Sofía organizó en este mismo Palacio de Velázquez una exposición dedicada a su obra reciente entonces, la de los años 90. Sus obras están expuestas en los más importantes museos, como el British Museum de Londres, el centro Pompidou de París y el Centro de Arte Contemporáneo Reina Sofía de Madrid.