HÉCTOR POLEO (Caracas, Venezuela, 1918 - 1989).
“Incierto tu fuego cierto”, 1981.
Acrílico sobre lienzo.
Firmado en el ángulo inferior derecho. Titulado, fechado y localizado (París) en el bastidor.
Medidas: 73 x 60 cm; 93 x 80 cm (marco).
Tras asistir a la Academia de Bellas Artes de Caracas desde 1930 y realizar su primera exposición individual en 1937, Héctor Poleo obtuvo una beca gubernamental para viajar a México en 1938. En Ciudad de México, ingresó en la Academia de San Carlos y descubrió las obras de los artistas del muralismo y el realismo social Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco. Realizó una exposición en Ciudad de México en 1940 y luego viajó a Estados Unidos. Regresó a Caracas, donde expuso en el Museo de Bellas Artes en 1941, antes de viajar de Bogotá a Quito por los países andinos. En 1944 se trasladó a Nueva York y de 1948 a 1959 a París. En 1949 se casó con la ceramista Adelita Rico, antes de regresar a Caracas e instalarse definitivamente en París. Héctor Poleo participó en la Bienal de São Paulo en 1953 y en la Bienal de Venecia en 1954. Realizó numerosas exposiciones individuales, en particular en el Museo de Bellas Artes de Caracas en 1941, 1946, 1950 y 1974, en Washington en 1945 y 1948, en el Museo de Arte Moderno de Ciudad de México en 1974 y en la Embajada de Venezuela en París en 1978. Realizó un mural para la Ciudad Universitaria de Caracas, vidrieras para el aeropuerto internacional Simón Bolívar de Maiquetía y para la estación La Paz y para la estación Bolívar del metro de París. Héctor Poleo también creó dos medallas conmemorativas para el bicentenario del nacimiento de Bolívar y para la UNESCO. De 1930 a 1937, los paisajes de Héctor Poleo se estructuraron inicialmente en torno al legado de Cézanne. En una segunda fase, de 1940 a 1945, su pintura se centró más en la figura humana, bajo la bandera del realismo social. Tras pasar por un tercer periodo, surrealista, de 1945 a 1950, se dedicó a la figuración neoplástica hasta 1960. Desde 1960 hasta su muerte, la obra de Héctor Poleo desarrolla una figuración poética o, como dice Miguel Ángel Asturias, una abstracción figurativa que a veces roza lo no figurativo.