y volver al lote.
13 Nov 2024 15:48
ANTONI CLAVÉ I SANMARTÍ (Barcelona, 1913 – Saint Tropez, Francia, 2005).
"Arlequin à la pastèque". 1948.
Óleo sobre papel maroufle pegado a tabla.
Firmado y fechado en el ángulo inferior derecho.
Obra reproducida en los Archivos Clavé con número 48HPMT5.
Etiqueta al dorso de la galería Dolors Junyent.
Medidas: 77 x 58 cm.; 105 x 87 cm. (marco).
El arlequín es una figura recurrente en la obra de muchos artistas de las vanguardias. Clavé retomó el motivo en una serie de obras que desarrolló en distintas técnicas, y con ello pretendía ahondar tanto en lo simbólico (la melancolía del arlequín) como en lo pictórico en sí mismo, esto es, en el juego plástico producido por los contrastes cromáticos y por el inquietante rostro del personaje de la Commedia dell Arte cuando el enérgico trazo del artista lo transforma en máscara. En esta ocasión, la pieza de sandía añade un contrapunto cromático en forma de media luna que contrasta con el predominio del gris salpicado de cobalto que describe a la figura, como haciéndola emerger de un fondo espectral. Clavé usa una pincelada rica en textura e impetuosa de trazo, con la que superpone capas en palimpsesto que impregnan de ambigüedad y misterio la composición.
Antoni Clavé es una de las más relevantes figuras del arte contemporáneo español. Formado en la Escuela de Bellas Artes de San Jordi de Barcelona, Clavé se dedica en un primer periodo al grafismo publicitario, la ilustración y las artes decorativas. En 1936 toma parte activa en la Guerra Civil, en las filas republicanas, lo que le lleva a exiliarse a Francia al terminar la contienda. Este mismo año de 1939 expone los dibujos que realizó en los campos de batalla. Se instala en París, donde conoció a Vuillard, Bonnard y Picasso. Gozaba ya de un gran prestigio internacional en el momento en que se inicia su reconocimiento en España, a partir de su exposición en la sala Gaspar de Barcelona, en 1956. En paralelo realiza ilustraciones para la obra “Gargantúa y Pantagruel”, lo que le llevó a familiarizarse con la iconografía medieval. En esta misma década de los cincuenta es cuando inicia su intensa labor en el mundo del ballet y del teatro, alcanzando gran fama en el mundo de la escenografía internacional. En 1952 realiza los decorados para la película “Hans Christian Andersen”, de Charles Vidor, y obtiene una candidatura al premio Óscar. En 1954 abandona la decoración para dedicarse a la pintura. Fue premiado en la Hallimark de Nueva York en 1948, en la Bienal de Venecia de 1954 y en la Bienal Internacional de Tokio de 1957. En 1984 el Estado Español reconoció su valía artística con la exposición de más de cien de sus obras en el pabellón español de la Bienal de Venecia. Ese mismo año le fue concedida la Medalla de Oro de la Generalitat de Cataluña. La obra de Clavé se encuentra, entre muchos otros, en los museos de Bellas Artes de Bilbao, Tate Gallery, de Arte Moderno de París, el British Museum de Londres, de Arte Moderno de Tokio y en el Reina Sofía de Madrid.