y volver al lote.
13 Nov 2024 15:32
SALVADOR CORRATGÉ (Cuba, 1928-2014)
Sin título, ca.1970.
Acrílico sobre tela.
Firmado.
Adjunta certificado emitido por Ana González Morejón, viuda del artista.
Medidas: 70 x 55 cm.; 75 x 56 cm. (marco).
La presente obra del cubano Salvador Corratgé pertenece a una etapa especialmente fructífera del autor, en el contexto del Arte Concreto. La herencia de la abstracción geométrica, filtrada por nuevos afanes exploratorios, se expresa en ella.
Nacido en La Habana en el seno de una familia de origen catalán, comenzó su carrera como pintor en tiempos en que la abstracción ganaba terreno y se hacía fuerte en la isla. Artísticamente se sentía altamente motivado por la arquitectura, la música y la cultura japonesa. Corratge atendió la academia de arte de San Alejandro durante los años 1949 y 1950, inmediatamente después entre 1950 y 1951 matriculo en la Universidad de la Habana la carrera de Arquitectura. En 1953 expuso con los miembro del grupo Los Once. Al final de la década, Corratge deviene uno de los miembros del relevante grupo 10 Pintores Concretos (1958 -1961), manteniendo hasta el final de su vida su investigación pictórica dentro de esa línea creativa. Después de la Revolución Cubana de 1959, entre los años 1963 y 1967, es nombrado Attaché Cultural en la Republica de Checoslovaquia, donde tiene su primera exposición personal. Un década más tarde, entre 1977 y 1981, ocupa una posición similar en la embajada cubana en la Republica Popular Democrática de Corea (Corea del Norte). Hacia 1961, fue uno de los miembros fundadores de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), sindicato gubernamental que aglutina a artistas, escritores e intelectuales. En 1995 recibe la Orden por la Cultura Nacional otorgada por el Consejo de Estado de la República de Cuba, y en el 2014 fue uno de los finalistas a recibir el Premio Nacional de Artes Plásticas. Durante la última década, el mundo del arte ha puesto sus ojos en la pintura de Corratge, como resultado de la atención internacional recibida por los movimientos Abstractos Latinoamericanos desarrollados después de la Segunda Guerra Mundial. En el 2011, y a raíz de la exposición organizada por la Fundación Juan March en Madrid, América Fría: La Abstracción Geométrica Latinoamericana entre 1934 – 1973, su obra se reconoció como una de los más radicales y coherente de origen cubano en el género.