“MAESTRO PALMERO”; ALFREDO PALMERO DE GREGORIO (Ciudad Real, 1901 – Barcelona, 1991).
“Carnaval de Venecia”.
Óleo sobre lienzo.
Firmado en el ángulo inferior derecho.
Medidas: 90 x 116 cm; 105 x 130 cm (marco).
De ascendencia napolitana, Alfredo Palmero manifiesta ya desde su niñez un claro interés por la pintura. En plena adolescencia, y en busca de nuevos horizontes, en 1913 se traslada a Madrid para ingresar en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, con catorce años de edad. Allí tuvo como profesores a Sorolla, Romero de Torres y Valle Inclán, este último como profesor de estética. También fueron frecuentes por estos años sus visitas al estudio del fotógrafo y pintor Vicente Rubio Sánchez. Palmero se integra plenamente en el ambiente bohemio de la capital, y será asiduo de las tertulias de conocidos cafés como “El Parnasillo” y “La Fontana de Oro”, donde destacaba la liberalidad y la intelectualidad. En ellas entabló contacto con Unamuno, Juan Ramón Jiménez, García Lorca y Manuel de Falla, entre otros. Por estos años serán precisamente estos ambientes de los cafés de entonces, cargados de esplendor y de cultura, los que plasmará en sus lienzos. En 1920, tras debutar individualmente en el Casino de Ciudad Real, deja Madrid y se traslada a París, atraído por las novedades pictóricas de la capital francesa. En esta ciudad se interesará por nuevas tendencias como el dadaísmo, y especialmente por Apollinaire y otros destacados protagonistas de la época. En esta etapa comienza a realizar sus conmovedoras y personales obras, enfocadas a través de una mirada de herencia romántica. Su pintura se llena de luminosidad, rico cromatismo, exuberancia formal, agudeza en la perspectiva y, sobre todo, fantasía pictórica. Así nacen sus pinturas del Folies Bergère, Pigalle, Montmartre, Montparnasse, etc. A continuación realizará una serie de viajes por Alemania, Italia y Bélgica, donde retrató, como ya había hecho en Madrid y París, la vida cotidiana de las ciudades. A su regreso a España ejerce la docencia artística en Ciudad Real, Burgos, Toledo y Barcelona, ciudad esta última en la que se instaló definitivamente en 1940. La Ciudad Condal será su plataforma hacia Europa y América, y allí fundará el Instituto Palmero de Arte. En 1964 creó en su localidad natal, Almodóvar del Campo, el Museo Palmero, en una casona manchega en la que solía pasar los veranos. En 1972 es nombrado Hijo Predilecto de Almodóvar, y en 1983 ingresa en el Instituto de Estudios Manchegos. Durante su vida, expuso su obra tanto en España como en el extranjero, en ciudades como Osaka, París, Bruselas, Florida, Bogotá o Caracas. El Maestro Palmero está actualmente representado en el museo que lleva su nombre en Almodóvar y en el de El Quijote en Ciudad Real, así como en colecciones particulares españolas y extranjeras.