DARÍO ÁLVAREZ BASSO (Caracas, 1966).
"Hoja".
Acrílico sobre cartón.
Firmado en el margen inferior.
Medidas: 50 x 70 cm.; 83 x 63 cm. (marco).
Darío Álvarez Basso proviene de una familia de intelectuales y pronto se mudó a Vigo. Estudió en el Centro Galego de Arte Contemporáneo, en la New School of visual arts de Nueva York y en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Tras incursiones en el mundo del rock y del cómic, se dedica en exclusiva, a mediados de los años ochenta y en Madrid, a la pintura. Su obra mezcla influencias de pintores como Tàpies, o artistas del barroco español o, incluso, Goya, y unos inicios que parten de una fuerte relación con el expresionismo abstracto. De todos y cada uno de sus viajes y estancias en el extranjero, obtiene algún elemento sobre el que reflexiona e incorpora a su obra: por ejemplo, tras un viaje a Marruecos a finales de la década de los ochenta, se muestra interesado por lo social; en 1989 realiza un trabajo de limpieza y simplificación de sus simbologías árabes y comienza a usar formas más contundentes con influencia hinduista; la beca de Roma que recibió en 1990 gracias a la Academia Española introdujo en su obra imágenes sobre la destrucción y la ruina; su estancia en París en 1991 con la Beca de la Cité des Artistes hace su cromatismo sobrio, basado en el blanco y el negro, etc. Técnicamente, considera la pintura como una materia primigenia, y la trabaja con las manos, integrando en sus obras hasta los elementos que le sirven de soporte. Ha expuesto su obra en la Galería Berger de Barcelona, en Portugal, en Alemania, Suiza, Estados Unidos, El Cairo, Murcia, Ecuador, etc. Conservan obra suya el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, la Colección Caixa-Forum de Barcelona, la Colección Ritz Carlton de Miami en EE. UU., la Fundación Serralves de Oporto en Portugal, etc.