THOMAS W. BRETLAND (Nottingham, Inglaterra, 1802-1874)
Cacería.
Óleo sobre lienzo.
Medidas: 54'5 x 74 cm.; 66 x 84'5 cm. (marco).
A finales del siglo XVIII y especialmente a lo largo del siglo XIX en Inglaterra se desarrolló extraordinariamente el género de la pintura animalística. La gran tradición de las competiciones ecuestres en Inglaterra, donde la monarquía y la aristocracia se reunían en eventos que iban (y todavía van) mucho más allá de la simple competición deportiva, favoreció sin duda la pintura de caballos y la especialización de los pintores en este género. Los ingleses apreciaron enormemente la representación naturalista de los animales y las obras se concibieron en muchos casos como verdaderos retratos de estos héroes de las carreras. Dentro del género animalístico destacó también enormemente la pintura de cacerías, especialmente de la popular caza del zorro, una de las actividades de ocio preferidas por la nobleza británica. Thomas Bretland se especializó en estos tipos de pintura. Destinado en principio al mundo del comercio, al que se dedicaba su padre, Bretland demostró bien pronto su habilidad con los pinceles, lo que le valió la protección de personajes de la burguesía más acaudalada y la nobleza. Entre sus obras destaca el retrato de un famoso caballo perteneciente al mayor Burton, que participó en la campaña de Balaklava, entre otras piezas.
En esta cacería el pintor representa a los caballos a galope tendido, siguiendo el camino que marcan los lebreles persiguiendo a las piezas objeto de caza. El pintor representa con notable verismo una vista de la campiña inglesa. Se trata de una extensa pradera recorrida por los meandros de un río, con la línea de horizonte situada relativamente baja, dejando un amplio espacio al celaje, como es habitual en este género. El artista se interesa por la anatomía de los caballos, resuelta notablemente bien, y la actitud de los diversos jockeys que los montan.