Escuela francesa de finales del siglo XIX, principios del XX.
"Ensoñación".
Grisalla sobre papel.
Firma apócrifa en el ángulo inferior derecho.
Medidas: 33 x 26 cm., 51 x 44 cm. (marco).
La grisalla es una técnica pictórica caracterizada por el uso de la pintura monócroma con la finalidad de crear la sensación de profundidad y volumen, como si de un relieve escultórico se tratase. Su empleo se puso de moda en el siglo XIV, aunque apareció durante la Edad Media, gracias a un grupo de artistas que la usaron en bocetos para lograr un efecto de relieve mediante un claroscuro matizado, generalmente en color gris o amarillo oscuro. Asimismo se popularizó en la iluminación de manuscritos o en la decoración de marcos en sustitución de la decoración escultórica y arquitectónica. En sus inicios se vinculó, gracias a su estética sobria, con la pintura de temática religiosa, pero gracias a maestros como Bruegel y el Bosco, se fue convirtiendo en un procedimiento que, a través de una falsa perspectiva, evidenciaba la habilidad técnica del pintor.
La grisalla fue, a su vez, empleada profusamente en la decoración de esmaltes y vidrieras desde sus inicios en la Edad Media.